¿Qué es el odio?
El odio es un sentimiento social, en cuanto que se dirige hacia otra persona o grupo de personas y su importancia se mide en la cantidad de muertes y sufrimiento que ha infringido a la humanidad. De su oscura naturaleza, sólo podemos afirmar que es un sentimiento antagónico al del amor aunque puede convivir con este e incluso generarse a partir de este.
En esta tertulia intentaremos acercarnos a su naturaleza y, sobre todo, identificar cual es su propósito y cual su utilidad. Tal vez, cuando hayamos dilucidado ese punto podamos avanzar en su comprensión y de ahí en la forma de evitarlo, tanto en nosotros como en los demás.
En esta tertulia intentaremos acercarnos a su naturaleza y, sobre todo, identificar cual es su propósito y cual su utilidad. Tal vez, cuando hayamos dilucidado ese punto podamos avanzar en su comprensión y de ahí en la forma de evitarlo, tanto en nosotros como en los demás.
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25) Odio, sentimiento que no existe entre ninguna especie animal, ni entre los hombres que han logrado establecer el perfecto equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana, es la lacra del hombre contemporáneo de nuestras sociedades, causado por la perdida del perfecto estado de su naturaleza psicosomática: Hoy, como el Amor, la esencia de nuestra existencia, esta despreciado y ahogado, no sentimos su efecto, y nuestra naturaleza bondadosa se ha convertido en egoísmo, manifestándose este cambio en nuestra jerarquías de valores, expresando esto en exagerado y unilateral interés hacia nuestro cuerpo físico, y en su extrema situación es fácil predecir que a medida que nos acercamos hacia la total degeneración de nuestra naturaleza humana, en tal grado se disminuirá la capacidad creativa y la sensibilidad artística de cada persona y se aumentara la decadencia en todos los campos de nuestras actividades, las maldades, el egoísmo, el odio, los desordenes, el caos y las fealdades etc., todo este reflejo de nuestro perturbado y atemorizado espíritu que quedo sin alimento espiritual desde el siglo XVIII con el comienzo de nuestra revolución industrial. Sabiendo que lo que existe en el fondo de “Toda la Existencia” es Amor y Belleza como su expresión formal, no se equivocamos si en esta situación contradictoria a este hecho, hubiera predicho que de acuerdo con esta teoría cumpliendo su misión el sufrimiento causado por el disfrute de la libertad del libre albedrío por el hombre ahora en adelante debido a este sufrimiento experimentado, más y más hombres podrían realizar una Revolución Espiritual personal y en sus búsquedas encontrar el camino que nos llevara hacia la Verdad. Este hecho que lo acredita la historia, ya esta remetiéndose y los hombres que preparan el camino para cambio ya existen, desde la iniciación de nuestro siglo, entre los más eminentes científicos y artistas, promulgando nuevos valores, muy similares en esencia y coincidiendo con los principios básicos de los grandes religiones, grandes filósofos, sabios, profetas y poetas de la humanidad pronunciado
ResponderEliminarEn mi opinión el amor ha existido siempre como expresión de los intereses egoístas en relación con la perpetuación del propio patrimonio genético: el amor a la pareja sexual y a los hijos, y en menor cuantía hacia los amigos, parientes y aliados en cuanto que nos ayudan al objetivo de sobrevivir y perpetuarnos.
ResponderEliminarRespecto al odio, también ha existido siempre, y es la expresión de la lucha por la supervivencia en un medio hostil y con recursos escasos.
El odio es el sentimiento dirigido a nuestros semejantes que nos permite obtener placer de su destrucción o menoscabo.
Si, por ejemplo, un amigo nos roba la novia (un recurso escaso) lo odiaremos a muerte. Si nuestro compañero de trabajo asciende al puesto al que aspirábamos, pasamos a odiarlo. En general odiamos a todo aquel que compite con nosotros y nos gana la partida.
La lucha por la supervivencia era tan dura en el pasado que no sólo había que luchar por nuestro éxito personal, sino que también había que procurar la aniquilación del competidor y para eso era necesario un sentimiento (el odio) que nos proporcionara placer al hacerlo.
Desde la revolución industrial hemos accedido a un hábitat nuevo para el hombre, en el que la superabundancia es la norma, de ahí que ahora podamos cuestionarnos el odio como un sentimiento negativo, gracias a que las maquinas generan la mayor parte de la riqueza y, por lo tanto, es más práctico colaborar con nuestros semejantes que echarles la zancadilla.
Sin embargo, esos instintos ancestrales, impresos en nuestro código genético, siguen funcionando aun cuando en muchos casos no resultan ya tan necesarios.
La sociedad, ha elaborado normas éticas que condenan y castigan el odio para adaptar y atemperar esos instintos básicos a la nueva situación de prosperidad en la que vivimos los países más industrializados.
Saludos.