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Para qué educamos

La educación de los nuevos miembros de la sociedad consiste en suministrarles una serie de conocimientos, normas, objetivos y prohibiciones para que cuando alcancen su estado adulto se integren adecuadamente en el tejido social.

Pero ese propósito general implica, por parte de educadores y padres, una estrategia a largo plazo guiada por un modelo que podríamos caracterizar en forma de pregunta ¿para qué educamos?


¿Educamos para la consecución de la felicidad individual?, ¿educamos para conseguir un ciudadano responsable, útil, sumiso, rebelde...?, ¿educamos para volverlo inmune a los avatares vitales o para que se sienta fuertemente implicado en el juego dinámico de las fuerzas sociales?


Todas estas preguntas y algunas otras son las que ponemos sobre la mesa del debate para que cada cual plantee sus propuestas.


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Yack:

Empecemos considerando que la sociedad es una máquina hipercompleja formada por infinidad de piezas diferentes que, trabajando coordinadamente, pueden generar un oasis en el desierto de la barbarie.

Cada uno de nosotros representa un engranaje, una polea, un resorte, un tornillo que cumple su función dentro del plan general de la supermáquina y que, a cambio, se beneficia del confort que ésta genera .

Según esta metáfora, la educación consistiría en modelar a los nuevos individuos para que se conviertan en piezas útiles y eficientes que, al alcanzar la madurez, puedan incorporarse a la maquinaria, ya sea para reemplazar a las piezas gastadas o para expandir las capacidades de la máquina.

La última cuestión que nos queda por dilucidar es esta: Si existen miles de tipos de piezas diferentes (albañiles, arquitectos, mecánicos, ingenieros, cantantes, futbolistas, etc.) ¿qué configuración convendría dar a cada individuo?

La respuesta es también obvia: la forma de la pieza más valiosa, compleja y escasa de toda la maquinaria. Es decir, por defecto, debemos tratar de obtener un arquitecto o un ingeniero, pero si el individuo fracasa durante el proceso educativo, decaerá en albañil o mecánico y así sucesivamente.

Cierto es que en la maquinaria social, como ocurre, por ejemplo, en un ordenador, son necesarios también los tornillos y las arandelas, las piezas más humildes de todo el sistema, pero además se requieren sofisticados procesadores y rápidas y costosas memorias de alta tecnología.

Pero, por desgracia, no todos podemos llegar a ser presidentes de gobierno ni premios Nobel, porque por cada pieza de alto nivel se necesitan miles de piezas de menor jerarquía y valor. Por eso, un buen sistema educativo ideal debe estar orientado a conseguir de cada individuo lo máximo que es capaz de dar a la maquinaria social. Pero ¿sería injusto sacrificar los intereses del individuo a los de la máquina, aunque esta represente la suma de los intereses de todos sus miembros, de nosotros mismos?

No, no sería injusto porque la maquina social es generosa con los que hacen un buen trabajo en ella y los recompensa con la admiración, el reconocimiento y el respeto de los demás y, cómo no, con un elevado sueldo que les permite beneficiarse en mayor medida del confort que genera la máquina. Por el contrario, el humilde tornillo recibirá una exigua recompensa por razón de la ley de mercado que gobierna y estructura la sociedad humana: lo escaso vale más que lo abundante y lo escaso, en el ámbito de las habilidades humanas, suele equivaler a lo difícil.

La única manera de incentivar a los individuos para que se esfuercen en desarrollar al máximo sus potencialidades es recompensarlos. Para ser peón de albañil no se necesita ningún entrenamiento previo ni excepcional talento, pero para llegar a ser arquitecto se requiere una inteligencia por encima de la media y muchos años de esfuerzo continuado sin recibir nada a cambio.

Aunque es el individuo quien tiene que hacer la elección en base a sus capacidades y sus deseos, un sistema educativo ideal, democrático y justo, debería ser capaz de proporcionar a todos los individuos las mismas oportunidades para elegir y alcanzar sus objetivos. Y, además, ese sistema educativo ideal tendría que contar con capacidad coactiva para obligar a los individuos reacios y perezosos, a alcanzar un mínimo nivel de instrucción que les permitiera desempeñar un papel útil en la sociedad, aportando al sistema su cuota personal de contribución a cambio de lo que reciben.

Pero la educación no es únicamente una tarea de modelado con vistas a la productividad laboral o profesional, aunque sea la profesión el eje central sobre el que gira la vida social del individuo.

Además se requiere un acondicionamiento mental que lo haga compatible con la sociedad donde desarrollará su vida, que le permita desempeñar un papel eficaz en cuanto cónyuge, padre, ciudadano, etc. Y en este otro aspecto formativo, la principal fuente de aprendizaje es la familia, aunque también tiene gran importancia la escuela y la sociedad como entorno informacional donde se desarrolla su vida y su aprendizaje conductual.

Y llegados aquí nos queda por contestar la pregunta clave: ¿cómo se consigue todo esto? ¿cómo se puede convertir a un niño en un buen profesional y, al mismo tiempo, en una persona ejemplar?

Consideraremos tres ámbitos en los que tiene lugar el proceso de aprendizaje:

En la familia: La clave está en crear un ambiente familiar que sirva de modelo válido para estructurar la moral básica del individuo y, al mismo tiempo, como interfaz que le permita comprender la sociedad en la que esos valores éticos no se dan, o se dan entremezclados con todo tipo de comportamientos egoístas y oportunistas. El papel de la familia no es otro que el de imbuir los patrones éticos más estrictos y, al mismo tiempo, proporcionarle un sistema de referencias lógicas que le permitan compatibilizarlos con el mundo real en que tendrá que luchar, cuerpo a cuerpo, con todo tipo de estrategias oportunistas. Es una frase tópica: "sé bueno pero no tonto".

En la escuela: En este ámbito habría que enseñarle, en sentido práctico, cómo se compatibiliza los modelos éticos en estado puro, inculcados en la familia, con la compleja realidad social, supervisando el proceso de aprendizaje desde la seguridad de la estructura controlada de la escuela y monitorizada desde cerca por un profesional capacitado para esa difícil tarea.

Además, en la escuela debería enseñársele a pensar y a discriminar lo falso de lo cierto al tiempo que se le proporciona un modelo de la realidad que le permitiera orientarse en ella con seguridad y solvencia.
Este modelo de la realidad debería ser global e ir concretándose y haciéndose más profundo, detallado y sectorial a medida que el educando se fuese acercando al final de su preparación educativa, orientada a la consecución de su elección profesional.

En la sociedad: En este tercer ámbito, habría que prestar especial atención a la televisión, videojuegos, publicaciones etc. que deberían someterse a una censura en cuanto a contenidos para evitar que éstos llegaran indiscriminadamente a los jóvenes. Y no estoy pensando tanto en el sexo, como en los nuevos modelos de "héroes" que exhiben una vida de confort refinado sustentado en actividades que cuando no son claramente delictivas, resultan dudosamente útiles para los intereses generales de la sociedad. Con estos modelos, que al resultar más atractivos y económicamente rentables, acaban imponiéndose en los medios de comunicación, se envía la falsa teoría, amplificada, de que el trabajo y el esfuerzo son sólo el recurso de los fracasados.

El problema está en que la entronización de la libertad absoluta como un objetivo irrenunciable hace inviable revisar a la baja la "libertad" de los medios de comunicación para vender los contenidos más rentables, en términos de audiencia, que son aquellos que nos mandan el mensaje de que la obtención del placer no requiere esfuerzo y que cualquier vía para alcanzarlo es legítima.

Por último, el imparable descredito de la autoridad y de los métodos coercitivos, hace cada vez más difícil educar a unos niños que han asumido la teoría de que sólo debe hacerse aquello que se desea, compartida en buena parte por sus padres, herederos convencidos del Mayo del 68.

Pero como el aprendizaje implica esfuerzo y la renuncia a buena parte de los placeres inmediatos, el fracaso escolar y la barbarie cultural y moral se ha convertido en una marea que no cesa de crecer. Y esta situación se mantiene porque vivimos en una sociedad tan opulenta que se puede permitir el inmenso despilfarro de recursos que esta situación supone a los ciudadanos honrados y trabajadores que forman parte del sistema y que contribuyen a su funcionamiento.

28 comentarios:

  1. En relación al tema que propones, he leído la siguiente frase: El proposito de la educación es reemplazar una mente vacia por una mente abierta.

    ¿Se está consiguiendo este oobetivo en nuestro sistema educativo, o lo que se persigue en mantenerla vacia y sin criterio?.

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  2. Buena frase para comenzar. El problema es que el educador está mal educado y sólo sabe repetir el modelo erróneo de generación en generación. Y cuando intentan cambiar el modelo, basándose en una ocurrencia ¡aún peor!
    Habría que estudiar a fondo qué es lo que hay que enseñar en la escuela a los niños para mejorar las expectativas de las nuevas generaciones.
    Saludos.

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  3. La verdad que he quedado impresionado por la calidad de la nota y lo que debería lograrse desde el punto de vista educativo (en un mundo de ensueños, supongo).

    Pocas veces he estado 100% de acuerdo en algo, y esta fue una de esas veces. Es lo que yo tengo como patrón lógico de educación, pero que parece que muy pocos siquiera ven (ni hablar de seguirlo).

    Siendo un 'nuevo padre' (de una nena de menos de 2 años) me preocupo sobremanera de que tipo de educación debo fomentar y a veces me alarma verme censurándole cosas (demasiadas en muchos casos) por considerarlo contrario a la formación básica necesaria (y no, tampoco es sexo lo que 'censuro'). Pero veo que no soy el único que piensa así y que son pasos en la dirección correcta.

    El problema subyacente es que, en la sociedad que tenemos, tratar de educar correctamente a un hijo es muy duro para uno y para el propio chico. Ser permisivo sería más fácil y 'normal', así como también el chico tendría más beneficios con un padre así.

    Me pregunto si alguna vez podrá cambiar la sociedad para recibir al estilo educativo que todos merecemos. Mi primer respuesta sería un rotundo no. Pero todavía no he perdido las esperanzas...

    Saludos y gracias!
    PLPLE

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  4. Difícil y apasionante reto el de educar a una hija de dos años en una sociedad que parece haber perdido el sentido común y que navega a la deriva en el terreno educativo. El problema es que, si intentas educar bien a tus hijos, chocarás con lo que piensa el resto de la sociedad, incluidos tus familiares, cónyuge, amigos, guionistas televisivos, escuela, etc. Así, el niño y el resto de los que te conozcan acabarán pensando que eres un maniaco, y lo que es peor, sabotearán todas tus iniciativas educativas que no sean coherentes con sus creencias. Así que, cualquier intento de navegar contracorriente, es muy probable que acabe en un naufragio total y, al final, no podrás salvar ni a tu propio hijo que, probablemente, acabará repudiándote, convencido de que tu único propósito es obstaculizar todos sus planes de diversión, totalmente "normales" y aceptados por la mayoría biempensante.
    Pero esta visión pesimista es sólo un aviso a navegantes para prevenirlos sobre los peligros que le acechan en las tortuosas gargantas y rápidos por los que tendrán que transitar en su arriesgada aventura educativa. Seamos optimistas y confiemos en la pericia del timonel y, sobre todo.. ¡en su suerte!

    Saludos PLPLE y gracias por tus atinadísimos y amables comentarios

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  5. Completamente de acuerdo. Muchas de esas cosas ya las he vivido (y las sigo viviendo), pese al trecho que falta por recorrer aún.
    Todavía hoy hay gente que (sin tocar la educación, sino creencias) se asombra porque no la hemos bautizado. Hasta han llegado a preguntarnos por qué no 'seguimos la corriente'... Ya no se plantea si lo que se hace está bien o mal, todo se reduce a hacer lo que otros hacen y ya. Extrapolar eso al terreno educativo es ganarse un dolor de cabeza de por vida.

    Por suerte, mi cónyugue es de pensamientos similares y ha estudiado educación, por lo que (salvo las discusiones propias por ser distintas personas) tenemos bases lógicas que compartimos plenamente. Es un alivio al menos.

    El problema es que hay que educar hacia varios lados. Primero a nuestra hija y a nosotros mismos; luego, a los familiares pasando por la parte de la sociedad con la que tenemos roce. Definitivamente no queda resto para poder con toda la sociedad, pero por lo menos intentamos (con mucho esfuerzo) hacerlo con una parte de ella.

    Probablemente mi hija me repudie a futuro, pero sabré que hice lo correcto y necesario; luego, ya será cosa de ella. Es lo mejor que puedo ofrecerle como padre y se que no voy a arrepentirme de ello.

    Las gracias van para tí por escribir posteos de calidad (que no abundan en la red) que exponen a la sociedad y sus caminos generalmente equivocados. Es al menos un intento de querer cambiar las cosas y darles ánimo a las personas que piensan en la misma línea.

    Muchas gracias!
    PLPLE

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  6. Personalmente y como norma, suelo seguir la corriente principal siempre que no me lleve al desastre. Para evitar una presión excesiva que comprometa el éxito de la empresa, es preferible plegarse a todo aquello que no sea crítico (bautizos, primeras comuniones, bodas, educación religiosa, etc.). Por otro lado recomiendo prestar especial atención al cónyuge que es, con mucho, el mayor peligro de todos. Por mucha sintonía que exista, si las relaciones de deterioran por cualquier motivo, la educación se convertirá en el frente más conflictivo y las más sutiles diferencias en el tema educativo crecerán hasta convertirse en grietas insuperables. Y este peligro es tanto mayor cuanto más heterodoxa sea la educación que se intente aplicar.
    Los hijos suelen repudiar a los padres cuando llegan a la adolescencia, momento en el que empiezan a percibirlos como el origen de todas las restricciones más que cómo una fuente de satisfacciones y seguridad. Cuando se independizan y cambia la situación, suelen mejorar las relaciones con ellos y, en algunos casos, acaban venerándolos, aunque generalmente a título póstumo. El padre tiene que contar con esa posibilidad, pero lo peor no es la decepción que esto le produzca, sino que el adolescente se vuelve ingobernable y resulta imposible dirigirlo “por el buen camino” o evitar que se estrelle contra la cuneta. Esto si duele de verdad.
    Yo recomendaría a los nuevos padres que actuaran bajo el presupuesto de que su capacidad educativa (influir sobre la conducta de sus hijos) no va a superar los 15 años y que a partir de esa edad, tendrán que confiar en ellos, les guste o no. Así que, ¡no pierdan ni un segundo de su escaso tiempo!
    Saludos.

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  8. Hola Mel, cualquiera que leyese tu contestación podría llegar a creer que eres una diosa tonante encaramada en el pedestal de la verdad suprema, o, alternativamente una mujer que funciona bajo los parámetros de la mentalidad de izquierdas. Es decir, que no necesitas argumentar para descalificar moralmente cualquier teoría, conducta o situación.
    De entrada calificas la teoría (y a mí con ella) de soberbia y luego me atribuyes una serie de adjetivos que yo no he mencionado pero que te vendría bien que hubiera dicho para dar justificación a tu ataque indiscriminado contra todo lo que se mueve o alienta. ¿Dónde dije "perfecta" o "ejemplar"?
    Te pediría como un favor personal que escogieses uno o dos argumentos que te parezcan importantes y trates de contraargumentar, ofreciendo una alternativa coherente y sólida. Luego, al final, escribes todas las descalificaciones éticas, separadas por comas, para ahorrarme el trabajo de leerlas.
    La única conclusión que he sacado de lo que has escrito es que Bill Gates es una "figurita" que no aceptaría mi opinión sobre cómo manejar su imperio financiero. Y, tal vez, que la educación consistiría en que un albañil le explicase, o le pudiera explicar a un arquitecto, como hacer su trabajo. Sería muy divertido ver a una cuadrilla de albañiles enmendándole los planos a un arquitecto, en una interminable discusión sobre si el edificio debería orientarse al este o al oeste o si debería de tener tres o cuatro plantas.
    Seguro que no has querido decir esto, pero es lo que he conseguido entender. Por eso te pediría que eliminaras sarcasmos, descalificaciones, comparaciones con pretensiones de ser ofensivas y te concentrases en proporcionar argumentos objetivos del tipo que se pueden entender y criticar sin necesidad de recurrir a adjetivos morales ni de conocer a fondo la cosmogonía de izquierdas.
    Creo sinceramente que el debate se volvería más interesante y enriquecedor si confrontásemos ideas en lugar de juicios morales. Inténtalo, por favor.
    Saludos cordiales

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  12. Purasangre, en tu último comentario escribes: “Lo que intenté hacer con el comentario es evidenciar que este sistema educativo es el responsable de una sociedad sin parámetros, ni éticos, ni justos, ni elementales.”

    No sé en tu país, pero en España, los principales responsables de una sociedad “sin parámetros éticos, ni justos…” has sido los gobiernos socialistas y sus reformas educativas, junto a políticas de ingeniería social que poco a poco han ido minando el papel formador de la familia.

    Además, ahora se ha introducido una asignatura, Educación para la Ciudadanía, que promueve la creación de valores… de izquierda. Ya sabes: somos seres explotados por el sistema, banalización del esfuerzo, papá Estado cuidará de nosotros, no necesitamos ser responsables, feminismo radical (mujer=oprimida, hombre,=opresor), la ética es un estorbo, la moral es la que elige la mayoría… En fin, una ensalada perfecta para crear mentes vacías y acríticas, agradecidas a un Estado que cuida de ellas, siempre que no se rebelen.

    Cierro este comentario con el fragmento de un artículo publicado este domingo en El País, periódico defensor de los conceptos educativos tan queridos por la izquierda. Su autora es Elvira Lindo, que actualmente reside en New York. Parece ser que su estancia allí le ha hecho más sensata y abierto su mente fuera de la matrix progre en la que está. Bueno, este es el fragmento:

    "¿Soy yo sola la que siente un cansancio infinito cuando en una conversación, por ejemplo, sobre la educación en España, intuye ese instante en que nuestro interlocutor se siente impelido a informarnos de que existió el franquismo y hubo curas, monjas y hostias y una sofocante educación religiosa y tirones de orejas, humillaciones gimnásticas y reyes visigodos y que, aunque entiende que la enseñanza no está en sus mejores momentos, considera que siempre es mejor el desmadre actual que el autoritarismo de antaño?."

    Afortunadamente, Elvira no se encuentra sola y cada vez somos más los ciudadanos y ciudadanas que vemos la necesidad de rescatar el sistema educativo de las garras de una izquierda que utiliza la educación para deformar mentes y crear votantes, que no ciudadanos, mansos y acríticos.

    El artículo completo en De Franco a la LOGSE.

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  13. Hola de nuevo Mel, dejando a un lado las interpretaciones erróneas que se hayan podido producir de uno y otro lado, te diré que al comparar la sociedad con una máquina sólo pretendí dar una imagen que me ayudara a hacer comprensible mi tesis, añeja o no, sobre la educación.
    Por cierto, cuando expreso mi opinión no me preocupa lo añeja que pueda ser, sino lo veraz que a mí me parece. De hecho, las teorías más añejas, que siguen en vigor, son las que tienen más probabilidades de ser ciertas, en cuanto que han resistido la erosión de la competencia con otras.
    Siguiendo por donde lo deje, una máquina puede ser tan compleja como se quiera y la sociedad es la máquina más compleja que pueda imaginarse porque suma a la complejidad individual de sus piezas humanas, la capa de complejidad inabordable de la cultura y de la organización social.
    Usé el concepto "máquina" para indicar que la sociedad necesita un input, un trabajo para producir un output, un beneficio, un rendimiento. También para explicar que la máquina no tiene vida propia, sino que está hecha de seres humanos que la mantienen viva y en funcionamiento al tiempo se benefician de sus servicios, como ocurre con las células que forman parte de nuestro organismo o las neuronas de nuestro cerebro.
    De ahí deduzco que todos tenemos la obligación moral y social de elegir qué tipo de servicio queremos prestar en esa máquina o en ese hiperorganismo, pero para que la elección sea libre y, sobre todo, eficaz, la educación debe prepararnos para hacer el mejor papel que nuestros talentos innatos y aprendidos nos permita, porque si así lo hacemos, recibiremos una amplia recompensa por parte del cuerpo social.
    En nuestra sociedad existen millones de seres que desempeñan funciones de auténticos engranajes cuando trabajan (yo he sido mucho tiempo uno de esos engranajes), pero sin esos engranajes los supermercados no tendrían comida, ni funcionarían los transportes, ni las cartas llegarían a su destino, ni existirían los móviles, ni tantas otras cosas que conforman nuestra vida cotidiana, como comer todos los días y tener agua potable al abrir el grifo en lugar de tener que ir a una laguna infecta plagada de cocodrilos, como le podría ocurrir a un hombre solitario que no formara parte de la sociedad.
    La cuestión es que, por muy malo que sea el puesto que cada uno ocupe, es mejor que vivir fuera de la sociedad, en campo abierto, al estilo Tarzán. Y la sociedad nos brinda la oportunidad de escoger el puesto que más nos guste, siempre que seamos capaces de encontrar un hueco, porque vivimos en un universo de recursos limitados y no todos podemos ser presidentes de nuestro país, ni los primeros en todas las competiciones en que participemos.
    En mi opinión vivimos (si pertenecemos a un país avanzado) en la mejor de las sociedades que han existido nunca, lo que no quiere decir que sea perfecta e inmejorable.
    De hecho, desde la humildad de mis comentarios, intento aportar ideas para mejorarla, que no para eliminarla o despreciarla en su totalidad. La educación es mejorable, pero hay que ser prudente a la hora de aplicar soluciones. Y lo primero de todo es estudiar con cuidado lo que hay, entender la evolución del ser humano desde que bajó de los árboles y hacer una prospectiva del futuro para ver hacia dónde vamos. Y con todos esos datos en la cabeza, intentar imaginar qué tipo de cambios habría que introducir que, siendo coherentes con el pasado y con la naturaleza humana, se adapten al futuro que se nos viene encima.
    continua...

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  14. Me gustaría conocer tu propuesta para mejorar la educación actual, pero evitando formulaciones del tipo "educar para valores", "para la justicia" "para la ética" etc. que sólo contienen buenas intenciones pero que al llevarse a la práctica pueden transmutarse en cualquier cosa horrible, como la historia se ha ocupado de demostrar.
    Yo esperaría propuestas concretas como reducir la autoridad de los maestros o incrementarla, qué asignaturas quitarías, incorporarías o modificarías, horarios, nuevos roles de los profesores, en fin, propuestas tangibles que puedan valorarse. De esta forma podríamos acércanos a un consenso constructivo en lugar de enzarzarnos en discusiones interminables de tanta altura que no se concretan en nada.
    Por último te diré que en mi propuesta inicial he dicho que la educación debe enseñar al individuo los conocimientos técnicos necesarios para desarrollar un trabajo y también las habilidades sociales que le permitan desempeñar un buen papel como persona en todas sus facetas. En definitiva convertirse en una pieza que funciona óptimamente en la sociedad en la que desarrollará su vida, cumpliendo su papel en todos y cada uno de los múltiples niveles de complejidad, sutilmente conectados y sincronizados. Si te gusta más, cambia "máquina" por "organismo social".
    PD:
    Mel, leí tu mensaje de despedida y te agradecería que lo reconsiderases. Te prometo a cambio que no volveré a pronunciar contigo la palabra "izquierdas" y si lo hice fue porque me irrita el planteamiento ético con el que la izquierda afronta cualquier problema que yo considero técnico. Me gusta aportar soluciones al mismo nivel al que se plantean los problemas y no desde una esfera celeste donde todo está ya resuelto y decidido. Y creo que te vendría bien descender al nivel de las soluciones prácticas y poner a contribución tu potencial intelectual, al margen de ideologías.
    Saludos cordiales, Mel

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  15. Hola melina, mi respuesta era una descripción de lo que está pasando en España y en ningún momento aludí a tu supuesto posicionamiento ideológico.

    España se encuentra a la cola de la OCDE en resultados académicos y en educación debido sobre todo, al secuestro que unos y otros hacen del sistema educativo para educar en sus “valores”, desde Franco hasta Zapatero. Igual que tú, pienso que la educación y los resultados académicos deben estar por encima de las luchas ideológicas. Los países que mejores resultados obtienen sistemáticamente en el informe PISA, y al mismo tiempo producen ciudadanos críticos con sus gobiernos, son los países nórdicos, que durante años han establecido medidas concretas de mejora, independientemente de quien haya gobernado.

    Me sorprende que hayas llegado a la conclusión que este es un foro de derechas. En España, como señala Elvira Lindo, mencionar valores como el esfuerzo, la exigencia y responsabilidad parece que se asocia al facherio y es algo que me sorprende, por cuanto que los países que personalmente admiro en temas educativos resaltan estos valores y son de tendencia socialdemócrata, pero no tontos.

    Al igual que a Yack, me gustaría conocer tu visión para mejorar la educación actual, pero lejos de propuestas generales del tipo “educar en la igualdad”. La historia demuestra que las utopías educativas de unos pocos terminan siendo pesadillas para millones.
    Personalmente, el trabajo que describe Elvira Lindo en su artículo, referido a una escuela de Harlem, me parece un modelo válido del “para qué educamos”, objeto de este interesante intercambio de opiniones.

    A mi este foro en cualquier caso me parece uno de los más abiertos de los que participo y su moderador contribuye a que el debate permanezca dentro de parámetros inteligentes.

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  16. Amigo Plutarco, me ha parecido genial el articulo De Franco a la LOGSE que propones.
    En mi opinión el problema está en que hemos perdido en norte hace ya muchas décadas y, entre otras ocurrencias absurdas, hemos llegado a la conclusión de que la disciplina, el esfuerzo, el respeto, la recompensa, el castigo y la sana competencia son residuos de un pasado tenebroso que hay que eliminar para siempre.
    El problema es que esos conceptos formaban y siguen formando parte esencial del funcionamiento y del avance de la sociedad humana desde que el hombre es hombre y el hecho de que Franco, Hitler o Pinochet los emplearán enfáticamente para solucionar el problema que los llevó al poder, no les quita ni un ápice de su vigencia. De acuerdo que hay que actualizar los conceptos y las técnicas educativas a la realidad del siglo xxi, pero actualizarlos no significa abolirlos, sino comprenderlos y adaptarlos.
    Del excelente artículo que mencionas destaco dos puntos importantes:
    Uno es que, sin educación, en su vieja y caduca acepción de "buenos modales", no puede haber auténtica educación y ni siquiera una convivencia medianamente pacífica.
    El otro es que la calidad de la educación no se mejora poniendo más dinero en las aulas y comprando, por ejemplo, ordenadores que al final sólo se usan para jugar, ver pornografía o hacer los trabajos escolares copiando y pegando, con lo que sus usuarios están olvidando leer, escribir y hasta pensar.
    El ordenador puede ser un buen instrumento educativo si se utiliza bien, pero empezamos con el inconveniente de que los padres, los profesores y hasta los más altos responsables educativos no saben cómo emplearlo en educación. Así que se limitan a malgastar el dinero en una ocurrencia que suena bien, porque todo lo que sea "regalar" le parece admirable a un pueblo que no ha entendido todavía que los gobiernos no regala nada, sino que te lo cobran por otra vía indirecta.
    Saludos

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  17. Hola,

    sobre educar a los hijos pienso que al intentar enseñar, mas que los demás, una pensamiento lógico, inteligente. Los hijos pueden generar un choque cultural con la sociedad actual, que es mas superficial. Y se pueden aislar, por lo que pienso que es de suma importancia enseñar una postura a para que los hijos puedan convivir mejor con la sociedad.

    - Ayudar a que los hijos se puedan comunicar con los demás muy a pesar de que exista este choque cultural. Enseñar a exponer sus pensamientos hacia la demás personas.
    - Respetar las opiniones de los demás pero en un buen contexto no quedarse callado en el caso de opiniones opuestas.
    - Compatibilizar con los demás, es decir dejarse llevar si los amigos de los hijos hablan tonterías chistosas. También enseñar a compartir gustos con el grupo de amigos, claro si estos gustos son positivos o ayudan a compatibilizar con los demás.
    - Ser flexible en opiniones distintas.

    Digo esto por que es importante la vida social de los hijos a pesar de que estos puedan tener pensamientos mas elevados a los demás. Por que es cierto que generar para los hijos un pensamiento critico diferente puede llevar a la aislasión social.

    Bueno esto es en un caso de que tenga excito al incentivar a los hijos a un mejor pensamiento.


    En el caso de la educación escolar tengo algunas críticas, por lo menos a la educación en mi país Chile.

    En los colegios, escuelas y liceos. Se les enseña filosofía, pero es mas filosofía muy teórica en ves de practica. Yo cambiaría esa filosofía teórica por una mas practica que les enseñe por ejemplo: buenos consejos a tomar decisiones, estrategias para comunicarse mejor con los demás, de que nos sirve tratar de ser mas ético, consejos para estudiar, etc.

    Mas que enseñar valores como se hace acá en Chile, que la mayoría sabe lo que es bueno y malo por sentido común. Es enseñar cosas practicas, que se pueden usar de forma cotidiana o a largo plazo.

    En mi país cuando las personas entran a la universidad ingresan a carreras y luego se retiran por que en realidad no saben lo que quieren para su futuro. Y es bueno orientar en ese aspecto.

    Saludos

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  18. Te doy toda la razón cuando afirmas que hay que enseñar contenidos prácticos. Nada que no se practique se llega a aprender y sólo se recuerda en la medida en que se practica. Habría que reconsiderar qué conocimientos van a resultarles más útiles a los alumnos y a partir de ahí desarrollar un método práctico para que los aprendan y, sobre todo, que los apliquen durante su vida.
    Pero estamos muy lejos de ese modelo y eso explica, en parte, el fracaso y la ineficacia del sistema educativo.
    Saludos.

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  19. Si YACK ese es un buen modelo, por que en la mayoría de los contenidos que se les dan a los estudiantes son contenidos no muy prácticos para la vida.

    Se pueden hacer modelos mucho mejores. Pienso que los contenidos a estudiar o ramos, deberían ser mas dinámicos en el cual los estudiantes puedan elegir los ramos que les guste. Por que el estudiar cosas de interés personal es mucho mejor que estudiar algo de un interés neutral.

    Según mi propia experiencia, tengo mala concentración en temas que no son de mi interés. Y en las cosas de mi interés tengo súper buena concentración.

    Saludos y una ves mas gracias por el blog. Es uno de los 3 sitios que leo en internet. Bueno digo los sitios que son como jobi. Los otros son cosas de informática.

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  20. Yo creo que lo ideal es modelar una persona, que tenga facilidad y motivación para solucionar problemas complejos. Pero no solo eso, la vida social es súper importante, expresarse, dar a conocer su sentimientos hacia los demás, respetarlos, entenderlos.

    Pero en el caso de la complejidad no me refiero a llenar a una persona con conocimientos, que aveces no apuntan a ningún lado, sino a que tenga mas soltura a acceder a conocimientos complejos. Estrategias para estudiar, conocerse a si mismo, manejo de problemas complejos.

    Las materias tiene que estar orientadas a ser cosas prácticas o que nos sirvan de algo en la vida.

    * Yo como ramos agregaría primeros auxilios, para que en el caso de accidentes exista, la posibilidad de mejorar a alguien o incluso salvar una vida.

    No es un ramo que sea vocacional para mi sino que lo considero práctico para el transcurso de nuestra vida.

    * Quitaría el ramo historia, o los muchos conceptos que no nos sirven en la vida actual. Se que esto les duele a muchos, por que es verdad que nos sirve para conocer nuestra sociedad. Pero yo opino que en vez de conocimientos sobre el pasado, dar conocimientos sobre problemas actuales. Como el fanatismo, los problemas que originan conflictos en nuestra sociedad, posibles soluciones.

    * Agregaría nutrición, creo que es muy bueno para una vida mucho mas saludable.

    Y en los ramos mas vocacionales como química, matemáticas, física, historia, etc. Deberían existir como especialización alternativa y seleccionados por el alumno. Y que los ramos sean flexibles que en el sentido de que los estudiantes puedan elegir los que les gusta. Pero siempre manteniendo una complejidad similar en las diferentes áreas. Y bueno la actividad social que últimamente se a visto que es muy importante.

    Creo que continuara --->

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  21. Estoy totalmente de acuerdo contigo. En la escuela sólo se enseñan contenidos inútiles, carentes de interés y además difíciles de asimilar, por todo las razones apuntadas anteriormente.
    Si se reorganizase la educación en base a que fuera útil, fácil de asimilar y gratificante, se conseguiría un gran progreso social.
    Como un apunte apresurado de qué contenidos habría que enseñar, puedes consultar y comentar este otro post:
    http://tertuliafilosoficatoledo.blogspot.com/2008/09/un-plan-de-estudios-para-ciudadanos-del.html.

    Saludos.

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  22. Anónimo13:17

    Complejo tema. Desde mi óptica, profesora de Secundaria, sólo puedo aportar al debate lo siguiente:

    Estamos enseñando con presupuestos del pasado; los contenidos siguen respondiendo a los intereses de la Revolución industrial.

    Las nuevas tecnologías han cambiado drásticamente el cerebro y el órgano de la vista de nuestros alumnos. Por tanto, es inhumano retenerlos, enjaulados e inmóviles, durante 6 horas ante contenidos que han dejado de interesarles.

    El fracaso viene dado porque estamos enseñando para el ¡pasado! ¿Acaso la humanidad se ha enfrentado alguna vez a lo largo de la historia a un cambio de paradigma tan acelerado como el actual? ¿Qué hacer ante esta realidad?

    Las fórmulas mágicas no existen, pero doy fe por mi experiencia que lo expuesto por mis admirados Michio Kaku y Einstein sobre la memorización y demás técnicas de aprendizaje obsoletas es totalmente cierto.

    Motivar para captar y formar. Si no es así, ¡no funciona! Y el docente tiene que estar preparado para saber qué y cómo acercar los contenidos de su especialidad dependiendo de las características del grupo. ¿Fácil? ¡No! Pero es lo que nos ha tocado.

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  23. Muy de acuerdo con tu análisis.

    Creo que la educación siempre dejó mucho que desear pero ahora, por razón de la rápida evolución social y tecnológica, más que nunca.

    Pienso que habría que cambiar buena parte de los contenidos para hacerlos más útiles para vivir y comprender la sociedad actual en continua evolución.

    Proporcionar al niño un modelo flexible basado en unos cuantos conceptos clave que le permita orientarse y tomar decisiones acertadas.

    Una educación orientada al futuro que se encontrarán cuando terminen sus estudios.

    Estoy muy de acuerdo en que una posible solución pasa por convertir la enseñanza en algo gratificante en sí misma, tanto por los sistemas interactivos que se utilicen basados en recompensas inmediatas, al estilo de los videojuegos, como por la recuperación de cierto grado de autoridad del profesor.

    Mientras que no se consiga sistemas de enseñanza tan adictivos como los videojuegos, será necesario que el sistema educativo, representado por el profesor y por las normas, pueda cubrir el diferencial de placer mediante un sistema de premios y castigos tradicionales, aunque dosificados y adaptados a los nuevos tiempos.

    Por ejemplo, que aquellos alumnos que no se muestren colaborativos en clae, se vean privados de ciertas actividades lúdicas en la que los demás participen, en tanto no cambien de actitud.

    En todo caso estamos ante un gran reto que hay que afrontar con inteligencia y mucha prudencia porque los experimentos en el campo educativo se han demostrado peligrosos, pudiendo llegar a dañar las expectativas de generaciones enteras.

    Saludos cordiales.

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  24. Anónimo19:03

    Gracias por tu respuesta. Me gustaría añadir que el alumnado actual es claro producto de la sociedad que los acoge, con sus mismas carencias y apatías.

    El ser humano necesita metas alcanzables en las que proyectarse hacia el futuro; sin ellas, se pierde. Y perdidos y abatidos encontramos a jóvenes que saben intuitivamente que el esfuerzo de su estudio (tal y como está estructurado) no va a encontrar la merecida recompensa en la sociedad futura.

    En nuestra mano está adaptarles y acercarles el conocimiento como fuente ilusionante para reconocerse como personas. Nada más y nada menos. Lo demás, fluye solo.

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  25. Creo que llevas mucha razón en que "El ser humano necesita metas alcanzables en las que proyectarse hacia el futuro".

    Se me ocurre que tal vez debido a la riqueza que hemos acumulado en las dos últimas décadas en las sociedades avanzadas, nos hemos relajado en exceso.

    El hombre necesita sentir la apremiante necesidad de ganarse la vida para esforzarse en adquirir esa capacidad, pero ahora los jóvenes menos responsables se van por el camino fácil y como consecuencia pierden la oportunidad de convertirse en ciudadanos autosuficientes.

    Habrá, como tú dices, que idear un modelo educativo acorde con las nuevas circunstancias, y no es nada fácil.


    Saludos cordiales.

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  26. Anónimo9:19

    Tal y como te decía, habrá que hacerlo. De lo contrario...

    Saludos,
    Amavib

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  27. Juan Bautista19:32

    Estimados, la educación efectivamente debemos mirarla desde distintos ángulos, dependiendo de la etapa de vida de la persona y cuáles debieran ser los objetivos de las distintas instituciones formadoras.

    En la etapa temprana, es a la familia quién le corresponde iniciar la formación, fundamentalmente a los padres. Este período es de crucial importancia, ya que se desarrollan procesos neurofisiológicos que configuran las conexiones y las funciones del cerebro, las cuales definen en parte importante la naturaleza y la amplitud de las capacidades adultas. El cerebro se desarrolla en un 80% en los tres primeros años de vida y los en los siguientes dos años se desarrolla en un 10 por ciento más, es decir que hasta los 5 años, el cerebro humano se ha desarrollado en un 90%. Las experiencias que tenga el niño afectaran la formación de las conexiones (sinapsis) entre las neuronas para establecer vías del cerebro que rigen o controlan nuestras respuestas intelectuales, emocionales, psicológicas y físicas a los estímulos.

    En definitiva, es una etapa crucial, donde se sientan las bases cognitivas, conductuales y emocionales. Son fundamentales en esta etapa el cariño y contacto físico, la estimulación y la socialización. El “partido” de una buena formación está jugado en un porcentaje importante en estos 5 a 8 primeros años. La primera responsabilidad, por lejos, la tenemos los padres. En la gran mayoría de los casos, niños con problemas en el colegio son síntomas de falta de educación y formación en las casas.

    Luego viene la etapa escolar, dónde lo fundamental es enseñarle a los niños a aprender en las distintas disciplinas que se imparten. En los primeros años de nuestra vida, la curiosidad es la característica que nos permite entender cómo funciona nuestro entorno. Lamentablemente, tendemos a ahogarla en clases tediosas y fomes. En esta etapa la enseñanza debiera enfocarse a la utilización de métodos prácticos, ojalá muchos de ellos al aire libre, utilizando la naturaleza como ejemplo.

    En mi opinión, recién en la educación secundaria y superior deberíamos poner mayor énfasis en el traspaso de conocimiento teórico y práctico, que sea útil en el desarrollo de una profesión o trabajo.

    No obstante lo anterior, hay dos áreas que en mi opinión siendo importantes, están mal impartidas o derechamente no se enseñan, por lo menos explícitamente.

    La primera es poder aprender a descubrir lo que necesitamos para ser felices. La productividad es sólo una de nuestras facetas. No sólo buscamos confort. Y la verdad es que contamos con muy poco apoyo e información para que podamos proyectar una vida que nos permita alcanzar ciertos “niveles” de felicidad, optimizando y compatibilizando trabajo, familia, amigos, tiempo libre, etc. Se ha demostrado que la felicidad, aún cuándo depende del entorno, es fundamentalmente una decisión personal, que se fundamenta en la relación que tengo con las personas (amor, amistad, comunidad, etc.).

    La otra área relegada son los valores compartidos por la sociedad dónde me desarrollo; por ejemplo aquellos incluidos en la declaración de los derechos humanos u otros. Son aquellos que nos permiten convivir “sanamente”. Debería a lo menos existir una clase en que se enseñe y debata este tema. ¡Cuánto nos ayudaría en nuestra comvivencia comunitaria!

    Saludos,

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  28. Muy de acuerdo contigo. Buena parte de lo que se enseña en la escuela se olvida porque no sirve para nada y en cambio no se enseñan habilidades y conocimientos cruciales para una vida satisfactoria, tanto desde el punto de vista individual como social.

    Saludos.

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