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Permisividad vs tolerancia cero

Frente a los variados comportamientos de nuestros semejantes podemos adoptar dos actitudes: permisividad o intolerancia. En realidad, cada persona, en cada situación, adopta un grado de permisividad/intolerancia optimizado en función de sus intereses y expectativas.


En tiempos recientes, y por razón de un extraño y peligroso fenómeno social, se ha venido a considerar, en las sociedades más avanzadas, la permisividad como una virtud teologal, intrínsecamente buena y encomiable. Y hasta tal punto se ha avanzado en esta deriva, que a estas alturas solo unos pocos se atreven a defender la excelencia de la intolerancia, a riesgo cierto de ser anatemizados como enemigos de la raza humana por la mayoría bienpensante.

Pero, tal vez la raíz del problema está en que el común de los mortales confunde dos conceptos claramente diferentes: tolerancia y permisividad. Entonces y según esto, el grave problema que genera esta confusión conceptual se resolvería con sólo definir claramente ambos conceptos. Pues si es así, como acabamos de ver, el tiempo apremia:

La permisividad sería la aceptación pasiva (sin represalias de ningún tipo) del incumplimiento deliberado, por parte de nuestros semejantes, de las normas y leyes comúnmente aceptadas. Por ejemplo, mentir, robar, desobedecer a la autoridad, etc.

La tolerancia sería, ¡atención al matiz!, la aceptación pasiva de conductas que nos resultan personalmente molestas, pero que están dentro de las normas aceptadas. Por ejemplo, tratar con respeto a personas de aspecto desagradable o incluso repulsivo, aceptar con paciencia y sin protestar la torpeza de los ancianos y disminuidos psíquicos, respetar las decisiones de los gobernantes elegidos democráticamente, etc.

Así que, si entendiésemos bien el significado de estos dos conceptos y que la permisividad es siempre perversa y que la tolerancia es siempre encomiable, la sociedad y nuestra vida personal mejorarían considerablemente.

9 comentarios:

  1. Simpliciuss14:01

    La tolerancia es un pacto perverso en el que cada parte renuncia a la pasión pública de sus razones y las convierte en estólidas e impenetrables convicciones, o sea en verdades encerradas en un ghetto, a cambio de una paz que no es concordia sino claudicante empecinamiento y ensimismada cerrazón. Ante lo que inevitablemente ha de sentirse como sinrazón ajena cabe moverse, en todo caso, entre una impaciente indulgencia y una paciente agitación, nunca pararse en esa indiferencia o desdén definitivo que es la tolerancia.
    Vendrán más años malos y nos harán más ciegos
    Rafael Sánchez Ferlosio

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  2. Tal vez sea una forma de verlo. Sin embargo, prefiero prescindir en los análisis de los calificativos morales porque la moralidad no explica nada, sino que se limita a expresar nuestras emociones frente a la realidad.

    La realidad es todo lo que hay y por lo tanto, sólo nos queda adaptarnos a ella por la cuenta que nos trae. Por eso, enfadarse con la realidad es una pérdida de tiempo y de energía.

    En mi opinión hay que ser tan tolerante como intransigente para no caer en la trampa de la comodidad, antesala del fracaso personal.

    Saludos.

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  3. Anónimo14:42

    necesidad de comprobar:)

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  4. Agustin Solis Mendoza21:32

    Aplaudo espacios de reflexiòn sobre temas esenciales y tan existenciales como estas que necesitamos conocer muy bien para no confundirlo ni tolerar lo intolerable y asì con la claridad de las cosas transitar por los senderos de una vida armònica.

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  5. Gracias por tus comentarios Agustin.

    En este tema, como tú dices, es importante deslindar conceptos sinónimos para evitar conductas perversas.

    Los límites claros, donde debe haberlos, imponen orden, justicia y bienestar a nuestra sociedad, aunque por desgracia muchos gobernantes y gobernados ignoran este hecho fundamental.

    Saludos cordiales.

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  6. Anónimo18:50

    Hay algo mejor que Tolerancia se llama RESPETO y es taxativo.

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  7. Normalmente la palabra "Respeto" se utiliza para designar la actitud sumisa del inferior frente al superior jerárquico.

    Últimamente, con el ascenso imparable del concepto de "igualdad" también se habla de respeto al inferior y al débil.

    En general podemos decir que respeto es la aceptación efectiva de los derechos que la opinión general de una sociedad atribuye a cada individuo y sus circunstancias.

    La tolerancia, en el contexto de este tema, habría que verla como el sacrificio personal ante conductas que nos producen incomodidad, pero de las que no podemos responsabilizar a sus autores porque no pueden evitarlas.

    Por ejemplo, es tolerancia soportar estoicamente el llanto de un bebé y es permisibilidad hacer lo mismo con las impertinencias de un adolescente. En el primer caso hablamos de una virtud, en el segundo de una negligencia.

    En estos dos ejemplos no encajaría muy bien el término “respeto” aunque sí podría emplearse en otros casos sustituyendo al de tolerancia. Por ejemplo, hay que respetar las creencias erróneas de los demás, en lugar de “hay que ser tolerante con las creencias erróneas de los demás”.

    Saludos.

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  8. Soy nuevo en el blog y me llamo la atención el tema.
    Permitanme compartir mis cavilaciones
    He estado considerando esas dos cuestiones y cabe la pregunta:
    Cuál es la línea que divide la tolerancia de la permisividad?
    Entiendo tolerancia como el respeto a otros en la medida en que estos no violenten los derechos de los demas.

    En cambio permisividad involucra "complicidad".
    O sea que nos volvemos "complices" ya sea pasivos o activos de algo que ya bien toleremos o no, pero que por motivo de ciertos intereses lo permitimos.
    Creo que eso nos mete en un campo minado y con una tendencia esclavizante porque al ser complices somos vulnerables de nuestras libertades ya sea de la justicia, de fuerzas opuestas o de los mismos complices.

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  9. Bienvenido, en primer lugar. Respecto a la pregunta que haces sobre el límite, no es fácil de contestar.

    Yo diría que el límite hay que ponerlo en el punto en el que tomamos conciencia de que estamos accediendo a permitir una conducta, no por convicción, sino por cobardía o por comodidad en relación con las consecuencias de imponer nuestro criterio de prohibición.

    El problema es que la permisividad solo soluciona el problema transitoriamente, pero a medio y largo plazo lo agrava y la energía que nos hemos ahorrado, al ser permisivos, tendremos que duplicarla en la próxima ocasión en que se plantee la misma situación.

    Si seguimos esta táctica, llegará el momento en que la energía que necesitemos para detener al infractor estará fuera de nuestro alcance y entonces vendrá el crujir de dientes.

    Y en cuento a las libertades, llevas razón en como lo planteas. Cada vez que cedamos a los demás más libertad que a la que tienen derecho, estaremos perdiendo nosotros ese mismo grado de libertad.

    El ser humano es un animal jerárquico y territorial y eso implica que esté siempre en lucha por ampliar su territorio a costa del de los demás.

    La permisividad es permitir que invadan tu territorio y la tolerancia, no meterse en el de los demás, aun cuando sintamos deseo de hacerlo.

    Saludos cordiales.

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