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Espiritualidad, religión y ciencia

Espiritualidad y religión configuran una parte sustancial de la mente humana, sin importar el hecho de que se refieren a cuestiones intangibles y, en la mayoría de los casos, imaginarias.


De otro lado, la ciencia representa el esfuerzo gigantesco emprendido por la especie humana hacia la comprensión objetiva de la realidad.

Entre estos dos métodos antagónicos, y en cierta forma, irreconciliables, orientados a la creación de un modelo de interpretación del mundo real, cada individuo debe elegir una opción o, tal vez, quedarse con ambas e intentar compatibilizarlas.

En esta tertulia se verán los aspectos más relevantes de la dualidad espiritualidad /ciencia y cómo afrontarlas en el terreno práctico.

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Yack:

Todos los seres vivos poseemos el instinto de la supervivencia, o lo que viene a ser lo mismo, el deseo de vivir eternamente. Y esto es así, porque el proyecto fundamental de toda criatura viva es subsistir hasta el límite de sus fuerzas y perpetuar su estructura, a través de la reproducción, más allá de su propia muerte. Sólo los seres vivos dotados de este poderoso instinto de la supervivencia han podido sobrevivir durante millones de generaciones y a lo largo de cientos de millones de años, desde nuestro antiquísimo y común antepasado vivo hasta hoy día.

El Hombre es el único ser vivo sobre el planeta con suficiente inteligencia para comprender que está condenado a una muerte cierta, con un límite máximo en torno a los cien años, por efecto del inevitable proceso de envejecimiento que afecta a todas las especies pluricelulares de reproducción sexual.

Pero el Hombre, al conocer su fatal destino, se siente perturbado por una angustia existencial provocada por la contradicción insoluble entre la necesidad insuperable de ser inmortal y la certeza de estar condenado a morir. En su desesperado intento de escapar de esa trampa mortal en la que lo había metido su propia inteligencia, se vio obligado a recurrir a esa misma inteligencia para encontrar una salida a su situación de condenado.

Desgraciadamente, la dificultad del problema de la inmortalidad era demasiada alta para ser resuelto por nuestra inteligencia y su poderosa arma la tecnología y la ciencia. Lo único que pudo conseguir la inteligencia fue una teoría mágica, ingeniosa, pero falsa, en la que, después de la muerte, el espíritu accedía a un área celestial, inaccesible a los sentidos, donde continuaría unan vida eterna y feliz.

Para implementar esta solución-placebo, se requería de la espiritualidad y de una teoría mínimamente consistente (la religión) que pudiera ser aceptada por la inteligencia.

El problema que había que resolver era cómo burlar al filtro de la razón para convencer y serenar al angustiado Yo interior convenciéndolo de que, después de todo, la muerte no era el final, sino la puerta hacia una nueva vida. Un difícil salto mortal que había que realizar entre la razón y el miedo a la muerte.

La espiritualidad es la capacidad que tienen los seres humanos de creer en la existencia de entidades y causas intangibles e indetectables. En realidad, para la humanidad precientífica, no era una suposición demasiado descabellada. Después de todo, el aire, que aunque físico resultaba invisible, agitaba la rama de los árboles. El mar en calma entraba, sin razón aparente, en agitación, el agua caía del cielo sin que, en apariencia, hubiese una razón para ello.

La necesidad de buscar causas para los efectos, con el objetivo de comprender la realidad, hacer predicciones y dirigir su devenir en función de nuestros intereses, desembocó inevitablemente en la creencia mágica de que existían seres invisibles con voluntad propia responsables de los fenómenos naturales. De ahí a pensar que sería posible comunicarse y negociar con ellos sólo había un paso, y se dió.

Aquí es donde aparece la religión, como un modelo explicativo de fenómenos no accesibles a los conocimientos disponibles. Y si existen seres sobrenaturales, con fuerza y poder casi ilimitado, tal vez ellos tengan la llave de la inmortalidad, la capacidad de satisfacer cualquier deseo de sus hijos, los humanos.

Una vez estructurada una teoría religiosa de la realidad, se empieza a utilizar para diversos fines y utilidades:

- Robustecer, validar y apoyar la ética y le ley. Moisés baja del Sinaí con las tablas de la ley escritas directamente por Dios.

- Apoyo y legitimación del poder de los reyes y gobernantes, al vincular el poder con una concesión divina. El faraón era también una encarnación de Dios y el Papa su representante plenipotenciario.

- Movilizar fácilmente a los grupos humanos a través de supuestos deseos o dictámenes inapelables e infalibles de la divinidad, gestionados por los sacerdotes que, además, estaban vinculados al poder.

- Ofrecer a los creyentes soluciones placebo para cualquier problema de la vida cotidiana y una esperanza cierta de alcanzar la vida eterna, con lo que se anulaba o mitigaba su angustia existencial.

- Un acicate, en forma de premio y castigo eterno, impartido por un ser superior, un gran padre, que lo ve todo, hasta los más ocultos pensamientos, que refuerza la ética social del individuo y le exhorta a colaborar honestamente con su comunidad. A cambio de “portarse bien” recibirá un inmenso premio, pero si no lo hace, si “peca”, el castigo será inimaginablemente cruel.

Sin embargo, no todo es bueno y útil en la religión. En cuanto teoría falsa de la realidad, también presenta importantes contrapartidas negativas:

- En lugar de buscar soluciones auténticas para mejorar su existencia, el hombre religioso dilapida sus esfuerzos en conductas absurdas, tales como construir pirámides o catedrales para albergar espíritus inexistentes.

- Buena parte del esfuerzo intelectual se ha consagrado y se ha perdido en el estudio de la divinidad y de sus designios (teología), en lugar de emplearlo en la ciencia y en el perfeccionamiento de un modelo objetivo y útil del mundo. Durante muchos siglos, Europa confundió la cultura con el estudio de Dios, pensando que Dios era la explicación de todo.

- El progreso científico se ha retrasado y hasta bloqueado durante largos espacios de tiempo, debido al poder que la religión adquirió en la sociedad. Los innovadores, cuando sus descubrimientos entraban en competencia con los intereses de la religión, eran quemados literalmente. Resulta difícil evaluar el coste en vidas humanas que ese retraso ha provocado. Probablemente, si no fuese por el efecto perverso de la religión, llevaríamos varios siglos de adelanto tecnológico y tal vez ya se habría alcanzado la inmortalidad real a través de avances en la medicina regenerativa.

- La cohesión social que ha producido la religión, ha servido al mismo tiempo para enfrentar comunidades que profesaban religiones diferentes o ligeras variantes heréticas de una misma religión. En la actualidad aún siguen muriendo seres humanos inocentes por razones absurdas, que sólo tienen sentido desde el modelo erróneo de la realidad que la religión patrocina.

Es difícil asegurar categóricamente si el balance entre los aspectos constructivos y destructivos de la religión ha arrojado un saldo positivo para la humanidad y tal vez nunca se sepa. Pero, afortunadamente para nosotros, a partir del siglo xix aparece en escena la ciencia con una pujanza imparable y va barriendo poco a poco el bloqueo y el freno que la religión suponía para el avance de la humanidad hacia mayores cotas de prosperidad y de esperanza de vida.

La ciencia es justamente lo contrario de la religión. Una apuesta por la comprensión objetiva de la realidad y, basándose en ella, por la generación de soluciones revolucionarias a los problemas y aspiraciones humanas. La ciencia y su hermana la tecnología, sólo existen para satisfacer los deseos humanos, todos los deseos humanos, incluso el de la inmortalidad, aunque necesita tiempo para conseguirlo.

Es cierto que la ciencia aun no puede satisfacer nuestro más intenso y apremiante deseo (la inmortalidad) y eso explica que, todavía, haya muchos científicos que profesan una religión, pero no es menos cierto que, día a día, nos alarga las expectativas de una vida más larga hasta haberla triplicado en sólo dos siglos.

Mientras que la religión se basa únicamente en el efecto placebo y en promesas falsas, que nunca se pueden validar porque éstas se cumplen después de la muerte, la ciencia, aunque más modesta en sus expectativas, nos ofrece en cambio soluciones reales y tangibles.

La religión no desaparecerá de nuestras vidas en tanto la ciencia no consiga solucionar el gran problema del ser humano: la certeza de que tendrá que morir necesariamente algún día.

9 comentarios:

  1. Sin duda la ciencia y religión son distintas, pero no todos dejan de participar en las dos al mismo tiempo, por que lo sean, sean diferentes. Muchas personas que creen en la ciencia también creen en algo sobre natural o en algún Dios, inexplicable.

    Por que hasta los escépticos sienten lo sobrenatural, por el simple echo de ser humanos. Los humanos tenemos cierta tendencia a lo sobre natural, por muchos motivos: existenciales, seudo-explicativos, ser aceptado en algún grupo, creer que se tiene cierto control de los acontecimientos de la vida, generar inconscientemente el efecto placebo, soportar la perdida de un ser querido creyendo que este se fue a un lugar mejor, evitar estrés, errores naturales de interpretación de la realidad, etc.

    A muchas personas los errores de interpretación de la realidad, se explican con algo sobre natural. Por ejemplo: ver una ilusión o un delirio, ver auras de colores en las personas.

    No estamos condenados a -creer- en lo sobre natural, aunque no dejemos de participar de ello. Por que la mayoría de los sobrenatural, tiene alguna respuesta científica y esa respuesta puede resolver una duda, de esta forma dejamos de creer en lo sobrenatural. Pero no dejamos de participar de ello (de sentir lo sobrenatural), creer y participar de algo son diferentes.

    La dualidad espiritualidad/ciencia existe y creo que la mejor forma afrontarlo, para tener una concepción de la realidad mas acertada, es tapando los agujeros espirituales con creencias mas acertadas y compatibles con la realidad práctica.

    Saludos =)

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  2. Totalmente de acuerdo en las razones que aduces para sustentar la religiosidad.
    El problema es que el efecto placebo ha tenido un coste muy alto. Tan alto que no estoy seguro de que haya sido un acierto si lo contemplamos con perspectiva histórica.
    Tal vez para una persona que padezca una enfermedad incurable, sea una solución creer que después de la muerte irá al cielo y será largamente recompensada por su sufrimiento. Sin embargo, si aceptásemos que no hay una segunda oportunidad, con seguridad hubiésemos dedicado mucho más esfuerzo a solucionar los problemas reales y ahora habríamos resuelto realmente muchos de los problemas que la religión pretende solucionar.
    Es el problema del placebo, que a cambio de una satisfacción temporal y basada en el autoengaño, compromete el futuro y exige un alto precio.
    Aunque esto ya no tiene arreglo, sería bueno dejar a un lado las teorías-placebo y aplicarnos a fondo en la búsqueda de soluciones auténticas, ahora que la ciencia ha alcanzar la madurez suficiente para proporcionárnoslas.
    Saludos cordiales.

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  3. Lo que yo no entiendo, es cómo de algo sin inteligencia, como podemos considerar los orígenes de la tierra y sus elementos químicos, puede surgir una inteligencia como la humana mediante el azar o la suerte, siendo este el caso de no admitir que tras la creación existe algo que podemos considerar inteligencia, sin darle nombre alguno, sólo considerando que existe algo con tal atributo. Un atributo de inteligencia sin el cual, creo que no sería posible ningún tipo de evolución, porque una evolución sin parámetros preprogramados, dejada al azar, sólo sería un caos sin dirección alguna. Por tanto, si existen unos parámetros que rigen la evolución de las especies como claramente podemos ver, pues todo tiende a ser más efectivo para sobrevivir y mejorarse, y por lógica debe haber algo que se manifieste como inteligencia detrás de estos mismos parámetros. ´
    Un saludo de Isaac Fdez.

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  4. Anónimo9:56

    http://www.youtube.com/watch?v=4M-oXswdcRc

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  5. Hola Isaac, aunque por razones comprensibles no has profundizado demasiado en tu propuesta, me arriesgaría a decir que comparto contigo ese enfoque del problema. Sin embargo, considero que se pueden considerar diversos niveles de análisis en esta compleja cuestión:
    A un nivel de interpretación biológica, la teoría de la evolución darwinista proporciona una respuesta satisfactoria en este contexto, que permite hacer predicciones y resolver cuestiones de orden científico y práctico.
    A un nivel de interpretación religiosa, la teoría darwinista deja sin argumentación alguna a las religiones basadas en seres sobrenaturales que mantienen algún tipo de relación paternofilial con nosotros, los humanos.
    Por último, a un nivel epistemológico, puedo estar de acuerdo contigo en cuanto el modelo darwinista pierde su capacidad explicativa y nos devuelve la duda fundamental: ¿Quién o qué ha organizado todo esto?
    En relación con el vídeo que propone Anónimo, me parece que sólo es un juego dialéctico para justificar teorías místicas. Sin embargo, como no conozco esas teorías, sólo puedo aportar una impresión general, sujeta a revisión y posible rectificación.
    Saludos cordiales.

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  6. Bueno el efecto placebo tiene beneficios a nivel cerebral y sin duda funciona. Pero como dice bien Yack el coste es muy caro. Cuando se mezcla con religiones y espiritualidad, por que hace creer a la gente que los efectos son parte de lo sobrenatural. No es cierto.

    El placebo se usa en la ciencia y medicina actual, pero no va de la mano con la religión y lo sobrenatural. Se usa placebo para que la gente crea que un remedio le esta ayudando, depende la enfermedad si el placebo hace efecto o no.

    Estoy de acuerdo en usar placebo solo para fines médico o estudios, o tal vez para alguna otra cosa. Pero en el dar placebo con toda una doctrina sobrenatural o religiosa, no me gusta por que está dando mas espacio a las creencias sobrenaturales. Cosa que en el pasado, presente y seguro el futuro se a visto que es un tremendo mal.

    ___

    Y si algo no inteligente, como la materia, puede crear vida. Estoy de acuerdo con eso, aunque en realidad no puedo demostrar que es cierto, por que creo ni siquiera la ciencia lo a podido hacer.

    Lo que nos puede dar pistas de que no existe tal diseño inteligente. Es que en la realidad hay cosas muy complejas que no fueron diseñadas, por ejemplo los mismos planetas, el sol, etc. En química también existe el auto ensamblaje, que es cosa de mezclar algunos ingrediente y se forman moléculas complejas. Hasta incluso ARN que es parte muy importante de la genética de algunos virus. Osea que a partir de materia inorgánica se puede tener materia orgánica (que no es considerada vida, pero es muy compleja). Otra pista que de que no somos producto del diseño inteligente, es que en la evolución todo tiene una causa de ser, por ejemplo, los humanos tenemos una columna vertebral que sostiene mas de la mitad del peso del cuerpo y si eso fuera creado por alguien inteligente no sería muy inteligente a pesar de la complejidad del organismo humano. Sería mejor una columna mas fuerte o mas de una columna, etc. La naturaleza no llega a esta solución (de una única columna) por que sea una buena idea si no es por que funciona y solo había que cambiar pocos genes, de los genes cuando hipotéticamente éramos cuadrúpedos teníamos cuatro patas)

    Osea creo que la complejidad o el arte de la naturaleza puede ser tan complejo como para crear vida, si ningún diseño inteligente. Y además nuestros defectos y partes innecesarias de nuestro organismo, podemos ver que nuestro supuesto diseño no es tan inteligente.

    Pero faltan muchas cosas por descubrir...

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  7. Tal vez el placebo sólo es útil cuando es prescrito por un médico capacitado que sabe con seguridad que su administración a un enfermo no implica la renuncia a ninguna otra terapia eficaz.
    El efecto placebo puede liberar endorfinas con auténtico poder curativo, pero hay que tener claro que la curación proviene del propio enfermo y no del elemento supuestamente curativo.
    La diferencia entre un producto placebo y un medicamento, es que este último tiene acreditada su capacidad curativa y el placebo no.

    Por lo demás, coincido en todas tus apreciaciones Writkas.

    Saludos cordiales.

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  8. Hola a todos, quería compartir con vosotros algo que he leído y que me resultó divertido.

    Cuando se empezaron a poner los primeros pararrayos en los edificios, los responsables de los templos decidieron, con buen criterio, que las iglesias no necesitaban pararrayos, dado que era Dios quien fabricaba y dirigía los rayos y que, por tanto, no iba a disparar contra sus propios intereses. Era la menos que se podía esperaba de una mente infinitamente sabia.

    Sin embargo, con el avance de la implantación de los pararrayos, resultó que las inexorables estadísticas apuntaban a que los rayos se dirigían con creciente puntería a las iglesias, que eran los únicos edificios que se habían acogido a la protección de la divina providencia.

    Finalmente se impuso el sentido común, que no la fe, y se implantaron los pararrayos también en las iglesias. No sé qué razonamiento idearon los teólogos para explicar tan extraña incoherencia fenomenológica, pero casi puedo imaginármelo.

    Por mi parte, tengo la experiencia de que en la sierra de Córdoba existía (y tal vez siga existiendo) una estatua colosal de Jesucristo en una ermita situada en lo más alto de la montaña. A pesar del pararrayos que hay, o había, en la ermita, la colosal escultura de piedra era objeto de furibundos y frecuentes ataques eléctricos que la mutilaban espantosamente. Más que con una enjundiosa explicación teológica, cabría justificar este sinsentido por el hecho de que la estatua estaba enclavada en la cota más sobresaliente de la montaña, y por tanto, por la simple aplicación de la ley de ley de Coulomb, constituía el punto que más atraía las cargas eléctricas.

    La ley de Coulomb, según wikipedia:
    La magnitud de cada una de las fuerzas eléctricas con que interactúan dos cargas puntuales en reposo es directamente proporcional al producto de la magnitud de ambas cargas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa.


    Este es un buen ejemplo del eterno conflicto entre fe y razón y de cómo siempre la fe acaba chamuscada por razón de la incoherencia de sus postulados con la realidad.

    Se puede creer lo que se quiera, a condición de no aplicarlo a la realidad, porque al hacerlo, lo más probable es que el error reciba un castigo mientras que el acierto obtenga un beneficio. Y esa es la razón de que todos busquemos la verdad, para evitar el castigo y conseguir un beneficio.

    Saludos.

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  9. Anónimo12:24

    COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA


    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente.


    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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