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La clonación

La clonación es una nueva técnica que permite obtener embriones a partir de células especializadas como, por ejemplo, las que tenemos en la piel.

Los embriones clonados se obtienen a partir de una célula embrionaria normal a la que se reemplaza el núcleo por el de una célula especializada del donante.

Una vez que se introduce el núcleo donante en el citoplasma de la célula embrionaria enucleada, éste es reprogramado y al fusionarse con el citoplasma forma una célula embrionaria completa, pero teniendo en su interior el material genético del donante.

Una vez que tenemos la nueva célula embrionaria, podemos gestar un individuo completo, idéntico al donante o bien emplearla para obtener células madre compatibles con el donante que pueden resolver diferentes problemas médicos.

Así pues, la clonación nos permite obtener células madre del donante (clonación terapéutica) o un individuo completo (clonación completa).

Hasta ahora, la clonación completa sólo se ha realizado sobre animales, pero no hay obstáculo técnico que impida hacerlo con el ser humano, si bien todavía no existen garantías de éxito asegurado.

En esta tertulia se verá que implicaciones podría tener la clonación completa de seres humanos.

Yack:

Aunque el debate actual sobre clonación se ciñe, casi exclusivamente, a la clonación terapéutica, prefiero centrarme en las posibilidades que la clonación completa de seres humanos, abrirá para la humanidad en este siglo y siguientes.

El ser humano nace con una configuración física y psíquica que depende fundamentalmente de la calidad del genoma de sus progenitores y de la suerte que haya tenido a la hora de que ese material se recombine en el momento de la fusión de los gametos paternos.

A partir de ese momento, su destino estará fijado en mayor o menor medida. Si nace con el Síndrome de Down, por ejemplo, ni su espíritu ni su cuerpo podrán desplegar todas las opciones que, como ser humano, le corresponden.

La fábrica de seres humanos es, al día de la fecha, una lotería, una tómbola en la que se compra un boleto y no se sabe lo que se obtendrá a cambio.

La clonación humana significa una nueva oportunidad para la humanidad que está por nacer aún, como una posibilidad de garantizar que el recién nacido tendrá las mejores oportunidades para llevar una vida en plenitud.

Esto no significa, en modo alguno, que no habrá diferencias entre los hombres, pero sí que esas diferencias se reducirán en cantidad y magnitud para mejorar. Podrá haber variedad, pero manteniendo una calidad general buena o muy buena en relación con la media actual.

Pero, ¿cómo funcionará el sistema?

En el futuro, las familias que deseen tener hijos podrán optar por solicitar un embrión de calidad contrastada que asegure que su nuevo hijo será una personas sana, vigorosa, con buena salud física y mental, optimista, longeva, emocionalmente equilibrada y, hasta razonablemente hermosa.

¿Pero cómo asegurarse de todo esto?

Bueno, si por ejemplo seleccionamos la persona más inteligente entre 10.000 tendremos a alguien muy, muy inteligente. Consideremos que seleccionamos las 3.000 personas en todo el mundo que han tenido más éxito en sus vidas, es decir, que han demostrado ser capaces de resolver con éxito todos sus problemas vitales y han llegado con buena salud a los 90 años, como mínimo.

Bastaría con tomar una célula de estos individuos afortunados y crear un banco genómico con ellas. Los padres que lo deseasen podrían consultar el currículo de estos individuos seleccionados, su aspecto físico, sus peculiaridades, etc. y decidirse por aquel que más les gustaría tener como hijo.

La gestación se llevaría a cabo por el procedimiento normal, implantando el embrión activo en el útero de la madre y a partir de ahí sería un embarazo normal. Sólo que el nuevo bebé tendría asegurado un genoma de primera calidad y su vida se desarrollaría con el viento a su favor.

Pero esto no significa que este nuevo ser sería idéntico a aquel del que procede y que tal vez haya fallecido ya. Él tendrá su propia vida, su propia personalidad, aunque sustentada en un “hardware” de primera calidad.

Con la clonación conseguimos dos importantes objetivos:

El primero es reducir el riesgo de malformaciones y deficiencias congénitas tales como la propensión a la diabetes, a la ceguera, a la obesidad, síndrome de hiperactividad, etc. etc.

El segundo es que mejoramos espectacularmente sus opciones como individuo, asegurando que tendrá todas las oportunidades para ser una persona de excepcional calidad humana y física, puesto que su antecesor lo fue.

Por desgracia, nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestras limitaciones físicas y mentales determinan grandemente nuestra personalidad y nuestra libertad para llevar una vida plena.

La clonación es la posibilidad que nos brinda la tecnología de superar esas limitaciones, y además, sin perjudicar a ningún ser humano como ocurría con otras estrategias eugenésicas.

En cuanto a la posibilidad de que los individuos clonados se sientan discriminados o señalados de alguna forma, pensemos que los hermanos gemelos son clones y que, además, viven en el mismo lugar y tienen la misma edad y sin embargo, no se crean dificultades significativas. Si pensamos que los clones tendrían diferentes edades y vivirían en lugares distintos, el impacto sobre el individuo sería inapreciable. Además, cuando la sociedad constate las ventajas de tener hijos por el método de clonación, en relación con tenernos por el método tradicional, en dos o tres generaciones serían mayoría los seres humanos nacidos por clonación.

El hecho de que hasta ahora no se haya considerado esta posibilidad se debe exclusivamente a que no se había desarrollado la posibilidad técnica de conseguirlo. Tan pronto como los primeros seres humanos clonados aparezcan en la pantalla de televisión, y todo el mundo pueda ver que son seres normales, sólo que mejores que la media, las peticiones aumentarán exponencialmente y el cambio se producirá en un tiempo record.

Los seres humanos somos reacios a los cambios importantes, pero cuando comprobamos que el cambio es para bien, dejamos a un lado nuestras reservas y nos lanzamos hacia las nuevas oportunidades de mejora. Cuando de lo que se trata es de mejorar a nuestro futuro hijo, y las consecuencias de hacerlo serán para toda la vida, la nuestra y la suya, la alternativa es clara.

Por desgracia, existe una lamentable historia en torno a los intentos de mejorar la especie mediante sistemas demenciales y una amplia bibliografía y cinematografía en la que todo este tipo de intentos acaba trágicamente, con el natural afán de darle más interés al guión. Sin embargo, no hay nada más convincente que la realidad para disipar todas esas fantasías irreales e infundadas.

Al margen de la utilidad que la clonación tiene para asegurar las mejores oportunidades para nuestros hijos, también ofrece soluciones para las legítimas aspiraciones personales:

Los padres que han perdido a su hijo, podrán recuperarlo a través de la clonación y con ello recuperar la esperanza de traerlo a la vida, al menos en el aspecto emocional que para ellos tenia.

Las parejas con problemas de infertilidad, tendrán la oportunidad de tener hijos iguales a uno u otro conyuge o, mejor aún, un clón de un modelo con garantías de éxito.

Las personas que han perdido o no tienen pareja, podrán optar a proyectarse en el tiempo, a través de un clón que herede su genoma, sus bienes y su educación. Sería como tener una segunda opotunidad de corregir los propios errores en un hijo idéntico y que no habría que compartir con otra persona, con la que no siempre estamos de acuerdo, como queda ampliamente demostrado en la conflictividad actual.

12 comentarios:

  1. Anónimo10:43

    Un tema muy interesante y con mucha perspectiva de futuro. Pero… ¿el fin justifica los medios?

    No me gustaría saber que he nacido para salvar a otro. Por mucho que sea mi hermano. Tampoco me agradaría saber que alguien ha nacido para salvarme. Y, siendo esto así, mucho peor sería conocer que me han clonado.

    Muchas personas, al conocer que habían sido adoptadas, tuvieron problemas psicológicos hasta aceptar esta circunstancia. ¿No existirán este tipo de conflictos psicológicos cuando alguien sepa que ha nacido para "sanar"? ¿O que alguien ha nacido "por paliar tu enfermedad"? Y peor sería ser consciente que has sido clonado.

    Un cordial saludo
    Dulcinea

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  2. Hola Dulcinea, en contestación a tu primera pregunta, te diría que… depende. Depende de qué medios y de qué fin estén en juego. Para una discusión más extensa sobre este punto puedes visitar la entrada “¿El fin justifica los medios?”.

    La mayoría de los niños nacen por error de cálculo, o algo peor, así que haber nacido para salvar a otro ser humano, creo que es un motivo de orgullo que, en si mismo, ya justifica y da sentido a tu existencia, más allá de lo que hagas en tu vida. Lo importante no es por qué o para qué te trajeron a la vida, sino cómo te traten una vez que te han traído.

    En cuanto a tu segunda observación, tienes mucha razón. El estatus de hijo adoptivo, y no digamos, bastardo, ha tenido mala prensa y ha supuesto una desventaja real frente a sus hermanos “legítimos”. Esto se debe a que los padres, por razones puramente biológicas, defienden con mayor ahínco a los hijos que portan sus propios genes, y que por tanto se parecen más a ellos mismos.
    Pero en los tiempos que corren, y sobre todo en el futuro, cuando la legitimidad de sangre sea cada vez menos frecuente, esas injustas y anacrónicas divisiones se irán borrando poco a poco.

    Este tipo de conflictos psicológicos aparecen en los hijos por razón de las ideas dominantes en el entorno. Sólo en la medida en que la sociedad los discrimine y los padres, por una u otra razón, se sientan avergonzados de ellos, los hijos se sentirán incómodos en su situación.

    Ahora ya se está permitiendo la adopción de hijos por parejas homosexuales y eso, no hace muchos años, hubiera sido el peor estigma que un niño podría haber sufrido.
    Los tiempos cambian, las ideas y creencias también y cuando se imponga la clonación humana como una costumbre socialmente aceptada y frecuente, a nadie le preocupará si es o no clonado. Es más, teniendo en cuenta que los individuos clonados, en términos generales, serán mejores que los no clonados, probablemente surja un sentimiento de inferioridad en los no clonados. No me extrañaría que éstos se lamentasen ante sus padres:

    - ¿Y por qué a mí no me clonasteis como a mis hermanos?
    - Eran otros tiempos, -se disculparé el padre- y nos faltaba información.
    - ¡Pues vaya!

    Saludos cordiales.

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  3. Anónimo17:55

    ¡Hola YACK!

    Lo primero que se me ocurre es que sería precisa una correcta y eficaz regulación jurídica en este tema. Manipular en un tubo de ensayo cigotos y/o embriones, que pueden variar en número, pudiendo ser 20, ó 40 ó 60, y así en progresión aritmética hasta obtener un embarazo no deja de ser algo así como “jugar a dioses”.

    Que conste que estoy convencida que cualquier tipo de avance médico, científico o tecnológico siempre será positivo, pero cuando lo que tenemos delante es algo tan concreto como una manipulación y/o selección de embriones, el asunto es más serio, teniendo profundas y complejas implicaciones.

    Por otro lado, la última parte de tu escrito, me trae a la mente el concepto de raza aria. Si admitimos y tomamos como base que los clonados podrían ser mejores que los no clonados, a continuación tendríamos que establecer las razones que nos permiten afirmar eso. Tal vez serían más sanos, más guapos, más altos, más listos. ¿Esos los convierte de verdad en mejores? Ese argumento me chirría. Considerar a alguien “mejor” es menospreciar a otros. Ha existido siempre demasiado sufrimiento por estos temas. Y, por supuesto, los sigue habiendo. La anorexia sería pecata minuta comparado con lo que queda por venir…

    Saludos cordiales,
    Dulcinea

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  4. Hola Dulcinea, puedo estar de acuerdo en la necesidad de una regulación jurídica, como en todas las actividades humanas y, con más razón, en esta donde está implicado nada menos que el nacimiento de seres humanos. Pero la legislación irá surgiendo a medida que la técnica vaya abriendo posibilidades reales.

    De momento, la clonación humana está prohibida, entre otras razones, porque no es segura y podría producir más problemas que soluciones.

    Por otra parte, los dioses son un invento nuestro y empezamos a jugar a ser dioses desde que inventamos el fuego. Y eso es lo que nos ha convertido en auténticos seres humanos. La única limitación a lo que podamos hacer la puede poner la ética, es decir, la determinación de no causar con nuestros actos más sufrimiento que beneficio.

    En cuanto a que los clonados sean mejores que los no clonados, me refiero a que, naturalmente, se clonarían células de personas que han tenido una vida plena, tanto en salud física, como mental. Si decides tener un hijo por clonación, naturalmente tratarás de que tenga todas las oportunidades posibles (buena inteligencia, buenos sentimientos, buena salud, longevidad, y si es guapo, tanto mejor).

    Tienes razón en que eso produciría una cierta división entre personas normales, y clonadas, pero esto no sería tan grave, sobre todo porque la diferencia sería para mejorar sobre la que ya hay.

    De hecho, actualmente existe una enorme diferencia entre unas personas y otras, en razón a la calidad genética de los progenitores y a la suerte que han tenido en la recombinación de los genes que les han tocado en suerte. La clonación sólo es una apuesta por reducir los riesgos y mejorar las expectativas de los que van a nacer.

    Nos guste o no, hay personas mejores que otras. De hecho, podemos clasificar a todas las personas según diversos criterios y siempre obtenemos una curva de Gauss de distribución. Es algo connatural a nuestra naturaleza y causa de muchos problemas psicológicos. La persona que padece enanismo, malformaciones o mutilaciones, arrastra una vida más difícil que la que cuenta con un cuerpo pletórico. Lo que conseguiría la clonación sería una nueva humanidad en la que todos tuviésemos, más o menos, las mismas oportunidades reduciendo, para mejorar, las diferencias abismales que existen entre las personas y que es causa de complejos y sufrimientos innecesarios.

    Naturalmente estamos hablando del soporte físico y psíquico en el que se sustanciará una vida, para cada uno distinta, que le dará su propia identidad como persona. Sólo se clona el hardware, pero el software, la personalidad, seguirá siendo responsabilidad de la familia, del entorno y del propio individuo.

    Yo pienso que las ventajas de la clonación son tantas, que acabará imponiéndose, como todo aquello que ofrece nuevas oportunidades a la humanidad. Otra cosa es que necesitemos tiempo para ir adaptándonos a la nueva situación.

    Saludos cordiales.

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  5. Anónimo19:26

    ¡Hola de nuevo YACK!

    Estoy en desacuerdo con varias cuestiones que planteas. Evidentemente la regulación jurídica nace a posteriori. Eso es obvio que ha de ser así, ya que el legislador no tiene que adivinar el futuro, sino adecuar la legislación a los tiempos. En cualquier caso, sí que hemos visto casos en los que se ha manipulado genéticamente embriones sin haber respetado completamente la legislación vigente. No me refiero al futuro, ni a ciencia ficción. Hablo de casos reales que se están produciendo. Pero ni jueces ni fiscales van a ir por ahí indagando unos asuntos que son bastante delicados como para investigar si se han acoplado a la legislación. Los casos a los que me refiero han tenido lugar en manipulación de embriones con fines terapéuticos y, digamos, es lógico que se toleren algunas actuaciones…

    En cualquier caso, yo quería incidir en que es discutible que “mejoremos”. Además ¿mejorar para qué? ¿Vamos a ser más felices? Le encuentro más inconvenientes que ventajas, e incluso intuyo que se cometerían desmanes por parte de algunos.

    Lamento discrepar, pero supongo que lo interesante es eso, ya que si estuviésemos todos de acuerdo la conversación finalizaría sin haber comenzado.

    Un cordial saludo
    Dulcinea

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  6. Hola Dulcinea, no importa que discrepemos siempre que lo hagamos civilizadamente, es más, estoy de acuerdo contigo en que puede llegar a ser positivo.

    Trataré de exponer mis puntos de vista sobre las cuestiones que planteas:
    Las infracciones, abusos y violaciones de la ley es algo que siempre se ha producido y siempre se producirá. No podemos prohibir el tráfico rodado para evitar los accidentes o las infracciones graves, ni cerrar los bancos para evitar los atracos. De eso se ha de encargar el sistema legal y judicial y es en ese terreno donde debe resolverse.

    Lo de si la clonación puede mejorar nuestras espectativas, dalo por hecho. Algunos ganaderos están clonando a sus mejores animales, (de esos de uno entre 10.000) para mejorar su cabaña. Si tienes un purasangre seleccionado entre 10.000 caballos, puedes conseguir todos los que quieras con sólo clonar el que ya tienes.

    En cuanto a la pregunta de si ser mejores nos va a ser felices, no sabría que decirte. El hecho es que todas las personas que conozco están intentando mejorar desde que nacen hasta que mueren. Si te ofrecen la oportunidad de empezar la carrera con 30 Km de ventaja, ¿quién la rechazaría?

    Todos dedicamos mucho trabajo y grandes sumas de dinero a ser, o parecer, mejores. Aparte de los almacenes de ropa y las peluquerías, los quirófanos no dan abasto desde que la cirugía pudo ofrecer una solución cara, dolorosa y arriesgada para mejorar un poquito el aspecto exterior.
    En todo caso, es en los casos más dramáticos donde se ve claramente las ventajas. Hay muchas personas aquejadas de enfermedades terribles de origen genético que convierten su vida y la de sus familiares en un calvario. ¿Crees que si pudieran volver atrás, no optarían por la seguridad de la clonación? ¿Por la oportunidad de tener una vida plena en todos los sentidos?

    La vida humana es demasiado larga, demasiado valiosa y puede llegar a ser demasiado dolorosa como para rechazar, por cuestiones ideológicas, las oportunidades de mejorarla.

    A veces hay que liberarse de las viejas concepciones para poder traspasar la puerta hacia nuevas oportunidades. Hay mucha gente con poliomielitis llevando una vida muy dura, y podría haberse solucionado con una simple vacuna, si hubiera existido. El progreso es irrenunciable, y el que representa una mejora para la salud humana, menos que ningún otro.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  7. Anónimo22:43

    Hablas del tema con gran optimismo consiguiendo que se contagie al leerte. A pesar de ello yo sigo sin ver demasiado claro esos supuestos beneficios de la clonación. El tema propuesto es, desde luego, apasionante. La Bioética tiene (y tendrá en el futuro), mucho que analizar sobre ello.

    Creo conveniente señalar que habría que diferenciar y delimitar muy claramente lo que es una selección de embriones con finalidad terapéutica propiamente dicha, de la clonación. Bajo mi punto de vista son asuntos muy distintos.

    Te envío de nuevo un cordial saludo, dando por finalizadas aquí mis intervenciones en este debate.

    Dulcinea

    ResponderEliminar
  8. Más que optimismo yo lo llamaría un análisis con perspectiva de una posibilidad que se abre hacia el futuro, pero dejémoslo ahí.
    En cuanto a la clonación terapeutica, no la he mencionado porque me parece un tema demasiado obvio como para someterlo a discusión. Sin dudarlo, sí a la clonación terapeutica.
    Saludos cordiales.

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  9. Anónimo22:07

    ¡Hola, soy Dulcinea de nuevo!

    ¿Qué tal YACK? Aunque dije en mi anterior intervención que me despedía del debate, no puedo evitar dejar un comentario, ya que una de tus últimas frases me ha impactado. Si la Bioética se formula mil y una preguntas y hace profundos análisis, desarrollando análisis complejísimos, ¿cómo es posible que tú te manifiestas totalmente a favor de la selección de embriones sin que te asalte ninguna duda? Los expertos en Bioética no son “miedosos” ni antiguos, y si hacen tantas reflexiones respecto a este tema es por algo.

    Habría que hacer infinidad de matizaciones. La realidad puede ofrecer una gama tan amplia de posibilidades que yo (probablemente) daría mi “apoyo” a muchos casos de selección embrionaria, pero también otro gran número -con seguridad- me parecería que pueden chocar contra el sentido común y contra la ética.

    Saludos cordiales
    Dulcinea

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  10. Hola Dulcinea, contestando a tu pregunta te diré que cuando digo que soy partidario de la clonación terapéutica, quiero decir que si los expertos creen que las células embrionarias humanas pueden salvar vidas humanas, o curar graves enfermedades, me parece una decisión éticamente correcta, emplearlas en este objetivo. No quiero decir con ello, que la clonación humana pudiera emplearse para cualquier fin (por ejemplo, tratar el acné) y estoy de acuerdo en que habría que establecer criterios precisos sobre este punto.

    Actualmente se desechan muchos embriones humanos en las clínicas de fertilidad, como resultado de las técnicas que se utilizan para hacer posible que parejas estériles tengan hijos. La píldora del día después, elimina embriones viables y el aborto atenta contra embriones en un alto grado de formación. Por último, en nuestro planeta, mueren de hambre diariamente miles de niños y hay poca gente, de esa que se horroriza con la clonación terapéutica, que no dan ni un solo euro para rescatar de la muerte a esos niños.

    Plantearse ante esto, la conveniencia o no de usar con fines terapéuticos embriones de no más de seis días, en los que aún no se ha iniciado la diferenciación celular, y cuando el objetivo es desarrollar terapias que pueden salvar miles de vidas humanas, no me parece lógico.

    La ética, en este campo, no es sino el cálculo del coste/beneficio para la especie humana y un embrión en sus primeras etapas sólo es un conglomerado de células indiferenciadas, incapaz de sentir dolor o ninguna otra sensación, porque aún no existen células nerviosas y, menos aún, tejido nervioso.

    El ser humano, ante lo nuevo, y la clonación lo es, se queda bloqueado y se vuelve incapaz de tomar decisiones. Lo que hace en estos casos es agarrarse a lo que conoce: “Esto nunca se ha hecho, luego debe ser malo”.

    En Alemania, por ejemplo, se ha prohibido la investigación en este campo por la sensibilización que la población tiene ante las maniobras inhumanas que cometió el nazismo, con el consentimiento tácito de los alemanes.

    Esto significa que los sentimientos, las creencias, los miedos, la culpa, están más presentes en las deciciones que la racionalidad.

    Somos animales racionales y no podemos renunciar a eso sin poner en peligro nuestra naturaleza humana. Para evitar destruir células embrionarias indiferenciadas, dejaremos que se destruyan seres humanos adultos y conscientes. ¿Dónde está el avance ético?

    Cuando se pusieron en servicio los primeros trenes, algunos “científicos” amenazaron con que el cerebro de los viajeros se derretiría cuando alcanzara velocidades superiores a los 30 Km/h. Cuando se elevaron al cielo los primeros globos aerostáticos, algunos teólogos los anatemizaron, afirmando que se rompería con ellos la intimidad de los seres humanos, al ser observados desde tan indiscretos observatorios volantes.

    Ante lo nuevo, sólo hay que imaginar las ventajas y los inconvenientes que traerá, y si las ventajas superan a los inconvenientes, podemos vaticinar que acabará imponiéndose.

    Por otro lado, los avances en este campo apuntan a que pronto se dejaran de usar células embrionarias a favor de las células madre reprogramadas. Cada día que se difiere el desarrollo de un tratamiento curativo, son miles las personas condenadas a muerte porque el tiempo en este campo de las terapias génicas, se mide en sufrimiento y en vidas humanas perdidas prematuramente.

    Y aunque es así, como lo veo, admito que en cuestión de ética resulta difícil, si no imposible llegar a un consenso, porque la ética tiene una buena parte de emocional y las emociones se basan en creencias personales inmunes a la lógica.
    Saludos cordiales.

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  11. Permíteme hacerte notar, admirado YACK, que el argumento que empleas trayendo a colación la píldora del día después o el aborto, efectuando comparativas entre estos y aquellos temas, son bastantes flojos. Es similar a si dijésemos que es muy triste que miles de personas fallecen en accidentes de tráfico y que no importa mucho, por ello, que destruyamos algunos embriones. Pero es que no es ése el problema de fondo. Estamos hablando de asuntos importantísimos que tocan la fibra sensible de cualquier individuo, ya que en algunos (bastantes) casos lo que se persigue es recurrir a la clonación terapéutica con el propósito de salvar la vida de alguna persona, frecuentemente un niño. Lo que sucede es que la Bioética no fija su interés principal en el aspecto de destrucción de embriones (aunque también), ya que lo más preocupante es cómo afectará esta realidad psicológicamente a la persona nacida tras haber manipulado células en un tubo de ensayo con el propósito de traerle al mundo.

    Antes de iniciar una reflexión sobre este tema, debemos tener en cuenta que se trata de situaciones humanas dramáticas, y que todas las personas implicadas merecen (obviamente) nuestro respeto y comprensión. Lo cual no elimina que podamos hacer una reflexión serena y objetiva. Los niños nacidos para salvar vidas tendrán una carga psicológica evidente. Sus expectativas están unidas a las de su hermano enfermo. Si la esencia de una infancia feliz es la despreocupación, en estos niños tendrán una responsabilidad salvadora que pesará como una losa en su desarrollo. Bajo mi punto de vista, tener hijos con una finalidad concreta (salvar a hermanos, ¡o a padres!) es algo muy cuestionable.

    Imaginemos: nace una persona (mediante manipulación genética) y el primer trasplante o transferencia falla. Entonces... ¿quedará la persona permanentemente vinculada a cuántos experimentos y/o pruebas u operaciones sean precisas para salvar al otro? ¿Se verá sometida a un segundo trasplante y a todos los que hagan falta?

    Un cordial saludo
    Dulcinea

    ResponderEliminar
  12. Mi estimada Dulcinea, tu contraejemplo no me vale porque los accidentes de tráfico son fortuitos e inevitables, mientras que mis ejemplos se refieren a actos deliberados y, por tanto, con relevancia ética. Con ellos quería simplemente indicar que una sociedad que admite legalmente el aborto, la píldora del día después y los tratamientos de fertilidad, no puede, por coherencia, prohibir la clonación terapéutica. Y si lo prohíbe es porque considera insoportablemente perverso permitir algo “que nunca se había hecho así” mientras que eso mismo se permite porque “ya tenemos práctica en hacerlo así”.

    A nivel personal, tampoco es coherente tirarse de los pelos y rasgarse las vestiduras ante la clonación terapéutica y dejar que miles de niños mueran de hambre sin destinar unas monedas a evitarlo.

    En cuanto al tema de los niños medicamento, ten en cuenta que éstos no son producto de la clonación sino de la selección de uno entre varios óvulos fecundados diferentes. El problema ético que podría plantearse dependería únicamente de lo que se espere de ellos. No sería lo mismo que se les extraiga una simple muestra de sangre para salvar a su hermano, que se les extrajera un riñón para donárselo a un hermano que carece de ellos.

    Pero este tema no plantea ningún problema ético nuevo. Para los niños “medicamento” rigen las mismas normas éticas y legales que para cualquier niño. Si en algún momento se plantea la posibilidad de que un niño (medicamento o no) pueda ayudar de alguna forma a mejorar la salud de un hermano o de cualquier otra persona, será la ley vigente en primer término y los padres en segundo lugar, los que decidan el límite y la conveniencia de esa ayuda. Y estoy por asegurar que son muy elevadas las garantías que la ley establece para preservar los derechos y expectativas de un ser humano menor de edad, incapaz de decidir por sí mismo.

    Hay quien piensa que a un niño medicamento se le puede someter a cualquier tortura física por el simple hecho de poseer ese calificativo. Pues no es así. Y si algún día se clonan seres humanos, no se los va a tratar de forma distinta a los no clonados, porque la dignidad humana no viene del procedimiento que se ha empleado para traerlos a la vida, sino del simple y único hecho de ser humanos.

    Lamentablemente mucha gente tiene la tendencia a satanizar, recurriendo a todo tipo de razonamientos forzados, cualquier técnica novedosa, en particular cuando está vinculada con la biología. Por una razón igualmente incomprensible, suelen ser muy tolerantes, y a veces hasta entusiastas, con las técnicas tradicionales de tortura activa (ejecuciones en la plaza pública, lapidación, etc.) y pasiva (abandonar a su triste suerte a los más pobres, frenar o menospreciar los avances médicos, etc.).

    Por último repetiré el argumento que ya mencioné anteriormente: La mayor parte de los hijos vienen al mundo por un fallo de cálculo y no creo que haya muchas peores razones que esa para comenzar a existir. Por el contrario, nacer para salvar la vida de otro ser humano es, al menos para mí,la mejor razón que puedo imaginar.
    Saludos cordiales.

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