La crisis de la autoridad
La autoridad es, en resumidas cuentas, la capacidad que poseen algunos individuos de imponer sus deseos a los demás.Aunque la autoridad suele percibirse como una amenaza a la libertad individual, la ausencia de ella produce efectos devastadores. ¿Cómo se explica esto?
La especie humana necesita organizarse y el mecanismo más eficiente para hacerlo es la jerarquía, que está basada en la autoridad. En esencia, el sistema organizativo jerárquico consiste en que los individuos más solventes dirigen y coordinan las acciones de los individuos menos capaces en el terreno organizativo.
La tarea que nos hemos impuesto en esta ocasión es la de esclarecer la etiología del fenómeno, que está teniendo lugar en las sociedades más avanzadas, en relación con el descrédito de la autoridad, así como definir el impacto de este descredito en la convivencia social.
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¿A qué ámbito concreto de “autoridad” se refiere el autor de esta entrada?
ResponderEliminarY ¿qué quiere decir exactamente con que existe una “crisis”? El artículo me resulta interesante, pero no comprendo algunos aspectos que pretende plantear...
Saludos
Dulcinea
El ámbito al que se refiere la entrada es al social, que se puede desglosar en familiar, educativo, laboral, ciudadano, institucional e internacional. Y “crisis” significa que está funcionando cada vez peor, sin que eso signifique que antes funcionaba perfectamente.
ResponderEliminarHay que añadir, por último, que la entrada sólo expone un tema de debate, sin entrar en la demostración o refutación de la tesis que plantea.
Avanzando un poco en el campo del debate, te pondré sólo algunos ejemplos que considero son imputables a la crisis de la autoridad:
Los jóvenes siguen conductas peligrosas para ellos mismos y para los demás (droga, botellón, fracaso escolar, etc.) por carecer los padres de la autoridad necesaria para inhibir esas conductas.
Los delincuentes son detenidos una y otra vez sin que se les aplique medidas disuasorias, creando inseguridad, costos innecesarios y muertes o graves daños físicos y emocionales.
Los tribunales y las instituciones políticas no se atreven a promulgar ni a aplicar leyes efectivas porque carecen de autoridad real para hacerlo y el orden institucional se degrada día a día, acercándonos al caos y a sus graves consecuencias.
En resumen: la crisis de la autoridad nos perjudica a todos, porque las sociedades humanas (como las animales) necesitan de la autoridad para organizarse, subsistir y prosperar.
Saludos cordiales.
Pero interpreto (corrígeme si me equivoco), que el espacio al que te refieres es a España, y el tiempo (obviamente) al actual. Supongo que es así, ya que sería demasiado ambicioso tratar ese tema refiriéndose -por ejemplo- a Suecia o a Japón. Menciono estos países porque la mayoría de nosotros no los conocemos a fondo. De modo que pensando en España y en el momento presente, yo no diría que existe dicha crisis. ¿Acaso aquí hace años, con la aún reciente dictadura, la “autoridad” funcionaba mejor? Habría que decir un rotundo NO. Muchas veces la palabra “autoridad” nos trae a la mente “obligar” o “compeler”. Esta asociación me chirria…
ResponderEliminarEn cuanto a lo que mencionas sobre los jóvenes, opino que en todas las épocas se afirma que su comportamiento es inadecuado. Dices que los padres carecen de la autoridad necesaria para inhibir ciertas conductas suyas. Lo que sucede, bajo mi punto de vista, es que cuando este hecho se produce, lo que queda patente es que fueron incapaces de educarles adecuadamente.
Por otro lado, generalizar cuando hablamos del funcionamiento de Juzgados y Tribunales, o del Poder Legislativo me parece demasiado aventurado. Es cierto que algunas veces saltan a la prensa casos que son muy llamativos, pero es normal que surjan problemas y mala aplicación de la Justicia en determinadas ocasiones. La Autoridad, esto es: los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, creo que actúan bien en la mayoría de las ocasiones. No encuentro motivos para afirmar tan a la ligera el orden institucional se degrada día a día, acercándonos al caos y a sus graves consecuencias
Existe ciertamente un descontento social. Pero esto es debido a múltiples y muy variados aspectos. Quizá (sólo quizá) los beneficios sociales son tan amplios para una parte de la población que la otra está harta, cansada y asqueada. No quisiera salirme del tema. Por dicho motivo, en este momento no amplío lo que acabo de exponer en este último párrafo.
Un cordial saludo
Dulcinea
Contestando a tus comentarios:
ResponderEliminarAl margen de lo que se diga en los medios de comunicación, mi percepción es que a lo largo del tiempo se está produciendo (entre otros muchos cambios) un debilitamiento de la autoridad en todos los órdenes de la vida. Y esto creo que ocurre en todos los países civilizados y, tal vez se nota más en España, por haber pasado, en poco tiempo, de la cola de las libertades a la cabeza.
Por ponerte un ejemplo tan sencillo como sintomático: Hace 50 años, tutear a un maestro resultaba surrealista y, si algún alumno hubiese tenido tal ocurrencia, habría sido expulsado inmediatamente entre el oprobio y el estupor de sus compañeros, padres y amigos.
En mi opinión, la reducción del escalón jerárquico (autoridad) entre profesores y alumnos y entre padres e hijos es una de las causas principales del fracaso escolar y, si bien es discutible si es bueno o malo que el alumno tutee al profesor, no creo que sea discutible su consecuencia: si es bueno o malo el fracaso escolar.
Estoy de acuerdo contigo en que la autoridad es muy incómoda y desagradable para el inferior jerárquico, que la padece como una serie de imposiciones y restricciones. Pero también suele ser un problema para el que ejerce la autoridad, que se ve obligado a mantener una enconada lucha para mantener su estatus frente a sus inferiores jerárquicos.
Pero la jerarquía y la autoridad no es un invento humano, sujeto a revisión como algunos creen. La mayoría de los animales defienden su jerarquía con su propia vida y en los primates, nuestros más cercanos parientes, la jerarquía es un complejo mecanismo social al que se le dedica la mayor atención, porque del puesto que cada individuo ocupe en su grupo, puede depender su vida y la pervivencia de sus genes.
Hablando un poco de política, yo pienso que la guerra civil española, con todas sus graves consecuencias para los que la vivieron, fue el resultado de la degradación de la autoridad institucional. Se llegó a una situación en la que nadie era capaz de ejercer una autoridad efectiva, al tiempo que buena parte de los españoles llegaron a creer en su derecho a incumplir las leyes que no les convenían o gustaban. El resultado final de una situación así es la guerra civil o la dictadura, que son dos formas traumáticas de restablecer el orden social, la autoridad y la jerarquía porque una sociedad no puede existir sin ellas.
Tampoco vale eso de “actuar bien en la mayoría de los casos”. La autoridad, como el jefe de una tribu de babuinos, no puede tolerar el incumplimiento de las normas, porque a cada incumplimiento que tolere, envía el mensaje de que es débil y eso anima a los demás a una escalada que sólo acaba con la demolición del sistema de gobierno y su sustitución por otro.
El eterno e insoluble problema de la autoridad es que el individuo la percibe (y lo es) como una limitación de su libertad y de sus deseos y sólo se da cuenta de su irrenunciable utilidad cuando tiene que ejercer de autoridad (padre, maestro, jefe, político, etc.) o cuando la sociedad en la que vive deviene en un proceso caótico por falta de autoridad efectiva, como el que se vivió en España.
Por último, cuando señalas que una parte de la población está asqueada, probablemente se debe a que otra parte está sacando benéfico de hacer trampas a su favor, presionando o extorsionando a una autoridad débil que es incapaz de ejercerla en plenitud.
La solución no es fácil y por eso existen las guerras civiles, pero la cuestión que aquí nos interesa es si se está produciendo una degradación de la autoridad y qué consecuencias está teniendo esa degradación. La moraleja que yo sacaría, es que debemos defender y apoyar a la autoridad, por muy desagradable que nos resulte, porque mucho más desagradable son los resultados de su degradación. Y el problema social y político que tenemos es que hay mucha gente que no relaciona un hecho con el otro: el tuteo a los profesores con el fracaso escolar.
Saludos cordiales.